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La tercera generación esperaba ansiosa en el gran comedor.
Sin capas, libremente ellos podían ser.
Pensamientos profundos absorbían tu atención.
Una voz familiar interrumpió tu ensoñación.
—Pelirroja, amor, vamos. Dumbledore nos llama—dijo James, chasqueando dedos frente a tu rostro.
—¿Qué?—respondiste, sorprendida.
—El profesor Dumbledore nos llamó. Vamos—insistió James.
En la sala de los Menesteres, la pantalla se encendió, pixelada.
—Tienen que esperar, chicos. Recuerden que nos comunicamos con personas de otra generación y las conexiones son diferentes—advirtió
La espera terminó. La pantalla se iluminó.Un Azabache apareció, mirando hacia abajo.
De repente, levantó la vista, revelando ojos verdes esmeralda.
—Hola, mini yo—dijo con una sonrisa.
Harry (segunda generación) se desmayó.
—Vaya, parece que es normal que me desmaye—comentó el Azabache con ironía.
La sala se llenó de risas y sorpresa.
James, Ginny, Cassiopeia y Ron se miraban, intrigados.
Dumbledore sonreía, satisfecho con la conexión entre generaciones.
El Azabache continuó:
—Prepárense, familia. La misión contra Voldemort requiere unidad y valor
La pantalla se estabilizó, mostrando detalles del plan.
Harry se despertó, riendo entre dientes.
Se sentó en una silla, recuperado.
—Continúa—dijo a Harry adulto.
Este comenzó su explicación:
—Antes de vencer a Voldemort, destruímos los Horrocruxes. Un Horrocrux es un objeto poderoso donde un mago oculta un fragmento de su alma para alcanzar inmortalidad
La sala se llenó de atención y curiosidad.
—Voldemort creó siete Horrocruxes—continuó Harry.—Deben encontrar y destruir todos para vencer a Voldemort—enfatizó Harry.
La segunda generación escuchaba atentamente
──El primero que se destruyó fue el diario, en la cámara de los secretos, después el anillo de Marvolo Gaunt lo destruyó Dumbledore, el guardapelo de Slytherin que lo destruyó Ron, la copa de helga hufflepuff la destruyó Hermione, la diadema de Ravenclaw la destrui yo mismo y Nagini la destruyó Neville ──en eso todo quedó en silencio
—Intenso
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