El Fuck Boy (EDITANDO)

En secreto.

Me desperté en la habitación de Dylan, la luz del sol se filtraba por las cortinas, y sabía perfectamente lo que había pasado anoche, pero decidí bromear un poco.

—¿Qué pasó anoche? No recuerdo nada —dije poniendo mi mano sobre mi cabeza, haciéndome la desentendida.

Dylan me miró con una expresión triste, y eso me dolía. Ver su cara así me hizo reír, lo que lo confundió aún más.

—Es broma, querido novio, pero recuerda que esto es una relación secreta —dije mientras él me tumbaba en la cama entre risas y me daba un dulce beso que hacía tiempo no tenía.

—¿Quieres ver una película? —preguntó Dylan, mirando el televisor.

—¡Sí! —dije feliz—. ¿Cuál quieres ver?

—No te burles, quiero ver la de Shrek —respondió con una sonrisa burlona.

—¡Te dije que no te burles! —dije mirándolo mal.

—No lo hago —rió.

Nos sentamos en el sofá y me recosté en su hombro mientras comenzábamos a ver la película. Siempre quise disfrutar de un momento así con alguien especial, y ese alguien era Dylan. Espero que esta vez funcione. Me sentía tan bien a su lado. Dylan comenzó a acariciar mi cabello, y me perdí en ese instante.

En eso, Meg y su mamá llegaron. Meg nos vio felices y luego subió a su habitación. Cuando la película terminó, Dylan me explicó lo que había pasado con Melanie. Me sentí mal por no haberle dado la oportunidad de explicarse antes. La odiaba, pero ahora simplemente la despreciaba.

De repente, mi teléfono vibró. Era John.

—Hola, bebé.

—¡Hola! ¿Estás en tu casa?

—No, salí a comprar fresas, pero no encontré. Ya voy para la casa.

—Vale, ahí te espero —dijo John.

—Dylan, me tengo que ir —dije, apresurándome.

—También necesitas ropa para que John no sospeche —dijo Dylan preocupado.

—Sí, pero no me puedes dar de la tuya, sospechará más —dije, levantándome del sofá.

—Vamos a pedirle a Meg —propuso Dylan mientras subíamos las escaleras.

Tocamos la puerta de su habitación.

—Pase —dijo Meg.

Entramos y la encontramos acostada.

—Meg, ¿le puedes prestar ropa a Issy? —preguntó Dylan.

Meg nos vio felices y sonrió.

—Claro, toma lo que quieras.

Fui a su armario y tomé una licra negra y un top corto blanco.

—Gracias —dije sonriéndole.

—De nada —respondió Meg con una sonrisa.

Salimos de su habitación y entramos a la de Dylan.

—Voy al baño —dije, dándome la vuelta.

—Ya te he visto desnuda, de hecho, hoy te cambié. ¿Y te quieres ir al baño? —dijo Dylan, sonriendo.

Tenía razón. Me quité la camiseta de Dylan y me puse el top corto. Él solo se mordió el labio. Luego, me quité el short que me había prestado y me miró de manera pícara. Se acercó y comenzó a besarme, bajando sus manos a mi trasero, haciendo que me estremeciera. Paré el beso porque sabía que eso nos llevaría a otro nivel. Dylan hizo una carita triste; se veía tan tierno.