Capítulo 10

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"Los amigos no miran
a los amigos de esa manera."

-That Way, Tate McRae

La noche se aproximaba y una vibra extraña se apoderaba de mi, la ansiedad social me recorría por las venas.

Sobre pensaba cómo todo podría salir mal hoy y como posiblemente iba a estar toda la noche actuando incómodamente con la mitad de las personas de la fiesta ya que solo conocía a unas cuantas y sentía que a la mayoría no les agradaba del todo.

Ojalá Kar estuviera aquí, suspiré levemente, mientras veía cómo su última conexión había sido hace 5 días.

Mis pensamientos se despejaron cuando escucho el sonido de la bocina de un carro, Sara ya estaba esperándome.

Tomé mi pequeña bolsa y salí de mi casa.
Decidí usar un bonito crop top azul cielo, unos baggy jeans y botas con un tacón bajo, si voy a estar incómoda por lo menos tengo que lucir bien, pensé internamente.

Sara como siempre lucía preciosa, un bonito vestido adornaba y hacía relucir su figura.

Nos aproximábamos al lugar de la fiesta, una gran casa con piscina de la que una fuerte música retumbaba los cristales de los vehículos, resaltaba de las demás en esa misma calle.

Destacaba como demasiadas personas gritaban y un ruido ensordecedor con luces que cambiaban constantemente de color sobresalía también.

Antes de entrar a la deslumbrante casa mi cuerpo temblaba, creo que nunca había estado en una fiesta con tantas personas, intenté no darle importancia a la sensación de pánico que de mi se estaba apoderando.
—Sara, de verdad te pido que no me dejes sola - le susurré mientras caminábamos en dirección a la puerta marrón retumbante.
Sara solo asintió con la cabeza, yo no quería arruinar su noche así que no insistí más.

En cuanto entramos hizo todo lo contrario a lo que le pedí y corrió en dirección a un chico con el que hace un par de días había estado hablando.

—Vaya - suspiré, tomé un gran respiro y me aproximé a una esquina de la casa.

Miré mi teléfono y al parecer aún no había ninguna señal de Karchez ni del número desconocido.

Una mirada traviesa me vigilaba a lo lejos, la podía sentir sin embargo era un poco difícil para mi identificar quién era la persona.

En el centro de la casa una mesa de ping pong con vasos rojos de bebidas adornaba el lugar, beer pong -pensé.
Desconocidos rodeaban y gritaban al rededor de la mesa, tomé un fuerte respiro y me decidí a acercarme a la mesa.

-Hey, ¿quieres jugar? -dijo una dulce voz posada en la esquina de la mesa.
-No no, solo estaba viendo -mencioné buscando a la persona que me había dirigido la palabra.
Era una sonriente mujer de pelo azabache chino que ondeaba por sus hombros, una dulce y picara sonrisa rodeada de pecas.

Al captar mi mirada se acercó a mi con una vaso en mano y una confianza que irradiaba la sala, -toma esto y diviértete, -me dijo pasándome dicho vaso, como respuesta a ello una pequeña sonrisa crecía por mis labios.

Tomé el extraño líquido rojo, tenía alcohol por seguro y no pude evitar el hacer una mueca al ardor que provocó en mi garganta, jamás había consumido algo así y al no disgustarme del todo seguí bebiendo...y bebiendo.
Bebí a tal grado de no sentirme yo misma, la habitación giraba y mi vista no se podía fijar en un solo punto, comencé a asustarme.

La música cada vez era más fuerte y me sentía un poco desesperada, caminé en busca de Sara con la vista ya nublada y la multitud cada vez era más sofocante, mi respiración poco a poco aumentaba en conjunto con los latidos de mi corazón, me encontraba muy mareada y con todas mis fuerzas restantes salí por la puerta.

A pesar del estado en el que me encontraba me percaté de un hombre alto, de pelo carmesí lacio y corto, de piel pálida y con una brillante sonrisa con hoyuelos a los costados de sus mejillas me tomó por los hombros. —¿Estas bien? - preguntó alzando la voz por encima de todo el ruido.

Estaba teniendo un ataque de pánico, sentía como el aire me faltaba y todo a mi alrededor daba vueltas, darle una respuesta a su pregunta era imposible, solo moví la cabeza y con la mirada perdida me recargué en el.

No lo conocía de nada y creo que jamás lo había visto en el instituto, pero me ayudó a relajarme.

Una vez que pude ya modular mi respiración, enfoqué mi vista en su rostro, vaya que era lindo.

—Gracias -dije un tanto avergonzada.
—No te preocupes -dijo el chico desconocido con una voz dulce.
—Entiendo por lo que posiblemente acabas de pasar, es horrible y muchas veces es mejor tener a alguien para que te ayude a sobrellevarlo - añadió.

Nos sentamos en el jardín de  la escandalosa casa, perdí la noción del tiempo y aún seguía alarmada por lo que acababa de vivir, jamás me había sucedido.

Solo sentía la mirada del lindo desconocido, no me juzgaba pero igual era extraño para mi, un silencio entre nosotros se esparcía y flotaba en el ambiente la incomodidad.

A mi suerte vi pasar a Sara, me levanté y sin mirar a la persona que me acababa de salvar la noche caminé hacia ella rápidamente.
—¡Espera! - exclamó el chico.
No respondí y preferí seguir con mi camino.

La noche terminó por ser lo que me esperaba,

un desastre.

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Notas de autor:
Hola, se que ha pasado mucho tiempo y espero que les haya gustado el capítulo :)

Cualquier duda, critica o sugerencia son bienvenidas.

No olviden votar y comentar ⭐️

Nos leemos pronto 👀

(Si les llega notificación de este capítulo y ya lo habían leído solo agregué la canción del inicio, eso es todo :D)

Ser Más Que Amigos - Karchez y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora