Capítulo 11

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"no te preocupes por la distancia,
estoy justo aquí si te sientes sola,
escucha otra vez esta canción,
cierra los ojos,
escucha mi voz, es mi disfraz,
estoy a tu lado."

-Plain White T's - "Hey there Delilah"





Mi cabeza estaba hecha un lío, un dolor punzante se apoderaba de ella y justo abrí los ojos por la mañana rayos de sol iluminaban mi cuarto delicadamente.

Sara me llevó a casa en la madrugada después de que escuchamos sirenas de policías cerca del recinto en el que nos encontramos la noche anterior.

Vaya que había sido una noche interesante.

Círculos negros adornaban mis cansados ojos y el suspiro que soltaron mis secos labios me hizo recordar a aquel chico que estuvo conmigo un breve momento anoche.

Ni siquiera se si escuché su nombre, ni tampoco recuerdo haberle dado el mío, pero si no fuera por el no se que hubiera sido de mí.

El sonido de una notificación hizo a un lado mis pensamientos, tristemente no era ningún mensaje de quien más lo esperaba.

Karchez por fin había recuperado la señal, o por lo menos es de lo que me percaté al mirar su última conexión.
Aún no me había mandado mensaje, sin embargo no me preocupé, tal vez se estará tomando su tiempo, me convencí a mi misma.

Luego de bajar a desayunar y tomar una pastilla para el dolor de cabeza, salí un rato a la cochera de mi casa, solo quería respirar un poco de aire fresco y despejar mis pensamientos.

Siempre he sido de sobrepensar todo, la ansiedad me come viva si no intento relajarme o buscar algo que hacer,
por ellos, recostada en el suave césped del jardín, decidí dejar ir todo y me sumergí tanto en esto que pude encontrar un poco de paz en el desastre que mi cabeza albergaba.

El día había transcurrido a un paso muy lento y aburrido, no podía esperar a que Karchez se apareciera.
No quería parecer desesperada pero de verdad que moría por que me diera una señal.

Un ensordecedor ruido interrumpió mi dulce intento de relajarme.

El sonido de una bocina de auto había provocado que saltara del susto.
Era él.

Llevaba una linda camisa negra y pants grises, su pelo era un desastre y se le notaba en su cara el cansancio, pero a pesar de ello tenía una tierna sonrisa pintada en el rostro mientras sujetaba el volante.

Me levanté rápidamente y corrí en dirección a su carro.

...
Luego de cambiarme con unos baggy jeans y una blusa morada con pequeñas flores blancas que no pasaba de mi ombligo, me subí al auto con él.

Dimos un largo paseo  mientras nos poníamos al día de todo lo que había pasado en sus vacaciones.
Se le veía muy feliz, su piel estaba bronceada y sus mejillas un poco rojas por lo quemado que se encontraba.

— Pareces un tomate - le dije vacilando, mientras sostenía con mi mano suavemente su rostro.
— ¿Pero qué dices? - me respondió entre risas, con una amplia sonrisa me miraba a los ojos mientras esperábamos la señal del semáforo para avanzar. — Y tú eres muy linda - añadió entrecerrando los tiernos ojos que me miraban, a su vez posicionando su gran mano en mi pierna.

Pero... ¿qué está pasando? - me alarmé internamente sintiendo mi estómago revolotear, sin embargo la sensación era un tanto reconfortante.

Ahora quien el tomate -dijo volteando nuevamente al camino poniendo sus manos en el volante.

Mis mejillas se encontraban teñidas de un rojo intenso y mis ojos delataban mi nerviosismo. extrañaba esta sensación.

...

Después de un rato de vacilarnos mutuamente, ambos decidimos que sería mejor el aparcar el auto en un estacionamiento para platicar con más tranquilidad.

—hmm, puedo contarte algo - dije tímidamente, mientras movía mis mano contrarrestando mi ansiedad.
—Claro que si, dime - mencionó mirándome con preocupación, colocando una de sus grandes manos en las mias intentado calmarme.

—Recuerdas que te conté que fui a una fiesta con Sara- comenté mirando por la ventana del auto.
—Si si, pero ¿estás bien? ¿alguien te hizo daño? - dijo un tanto alarmado buscando mi rostro.

Al no tener respuesta, sentí como su mano tomaba mi barbilla forzando suavemente nuestras miradas.

—Sabes que puedes confiar en mi- murmuró suavemente.
Di un largo suspiro y le conté acerca de el ataque de pánico durante la fiesta y como un chico que sinceramente no recuerdo muy bien me ayudó a calmarme.

...

—Es que no me cabe en la cabeza que hayas bebido en una fiesta repleta de desconocidos, pudiste haberte hecho daño- recalcó levantando la voz en un tono molesto mientras que su mano sostenía mi mejilla firmemente.

Me resigné a solo asentir con la cabeza al mismo tiempo que establecíamos un firme contacto visual.

Decidí romperlo porque sentí la decepción en su rostro, no pensé que sería algo que podía ponerlo molesto y solo parpadeé bajando la mirada y soltando otro suspiro.

Karchez notó la tristeza en mi cara y no dudo en reconfortarme uniendo sus manos con las mías y acariciando su pulgar suavemente.
Recargué mi rostro en su hombro y nos quedamos en silencio durante un rato.

Se estaba haciendo tarde y ambos teníamos que ir a casa. El sentimiento triste que nos rodeaba desapareció al poco rato luego de que el se burlara de la situación, por eso lo quiero - pensé
Adoro el hecho de que pueda convertir una situación así en bromas y risas.

Soy consiente que fue una idea estupida, pero me dolió más el hecho de sentir la decepción por su parte, aunque fuera por un breve momento ...no me quiero ni imaginar que cara pondría si se enterara que me enviaron flores el otro día.

Decidí omitir esa información para otro momento.





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actualicé pidan un deseo

La verdad no se cómo seguir esta historia, ha pasado mucho tiempo desde que la comencé.

Si me pueden dejar sugerencias se los agradecería mucho :(
Voy a estar editando los penúltimos capítulos publicados porque son un asco, así que si les llega notificación una disculpa.

gracias por las casi 10k de lecturas la verdad nunca me imaginé que alguien fuera a leer esto

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tomen agua y tengan bonito día

Ser Más Que Amigos - Karchez y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora