Capítulo 11

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Capítulo 11

Lamentablemente nuestro tiempo de descanso duró muy poco.  Después del inoportuno encuentro con Javi y Lu, hablamos un poco a cerca de como llevar las cosas.

—Lo difícil es que ellos estén de acuerdo— Lucía hizo notar su punto de vista.

—Es cierto, hay que tener en cuenta de que a pesar de estar casi asfixiandonos, podemos movernos con libertad.

Ellas me fruncieron el seño.

—¿De verdad te cuesta tanto hablar sin metáforas?—Javi, quien siempre las entendía pero igual les parecía ridículas me reclamó.

—No, pero me gusta molestarlas— Fue mi respuesta.— Lo que quiero decir es que a pesar de que podemos morir en cualquier momento, estamos surtidos de alcohol y cosas que cualquier persona consideraría de diversión, entonces la cuestión está en ¿De verdad creen que ellos dejarían de "Divertirse" por hacernos caso a nosotras?

— Hay que someterlos a un límite psicológico, pongamosles escenarios en dónde las provisiones se acaban y morimos todos de la manera más absurda sin siquiera intentar lo más mínimo por vivir— Javi habla despreocupada.

— O podemos convencer a los chicos más accesibles poco a poco hasta que tengamos la mayoría y ellos se vean obligados a seguirnos— Lucia aportó, descartando la idea de Javi.

—Pero no hay que apresurarnos, primero hay que ver si se muestran receptivos a la idea principal— Digo.

—Yo me apunto, la verdad es que esto es aburrido, sin pruebas a la vista, vivir de alcohol y chistes malos no me parece una buena idea— Sofi traspasa el humbral de la cocina apoyándose en el marco de la puerta.

— En serio en esta casa a las personas les gusta escuchar conversaciones ajenas— Me quejo.

—Bueno la verdad es que muy privada no parecía, pues las puertas estaban del todo abiertas y su tono al momento de hablar no era el mas discreto— Le resta importancia con la mano.— Como sea, quiero buscar ropa cómoda, esta está horrible— Se queja señalandose.

La conversación fluyó con naturalidad, ninguna se vio reprimida al momento de hablar y mostrar sus personalidades, Javi y Sofi eran en extremo reservadas, por lo tanto mi mejor trato fue con Lu, quien cada vez se volvía más cercana a mi.

Pero se un momento a otro las puertas de la cocina se cerraron en automático dejándonos encerradas con la incertidumbre pintando el panorama.

Sobre la puerta, la pared se volvió una pantalla gigante mostrándonos como la última vez, un fondo negro y letras blancas. Esta vez no había voz alguna que dictara las instrucciones. Solo un dibujo de un laberinto, una hora exacta y la siguiente frase.

Dónde las palabras cobran vida y los relojes no marcan la hora. El rojo se hará presente y su salida será la siguiente.

A las 7:30 empezará la prueba, cuidado con las amenazas pues escasez de luz habrá por las casas.

Solo dos horas tendrán para llegar a la entrada, y si por fuera se quedan, su vida se volverá nada.

Si empiezan antes de la hora determinada, las consecuencias no serán perdonadas. 

A la plaza llegarán y ahí el juego empezará.

El primero en tocar el final gozará de inmunidad. Por diez días no lo tocaran y el otra salida buscará.

Dos premios habrá, los sobrevivientes en sus recuerdos se revelará su identidad.

Suerte en el ADRET y que sean fuertes más de tres.

La pantalla se apagó al cabo de un rato y nos dejó con la duda flotando en el ambiente.

Vestigio [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora