Isabelle
Moribundos.
Así nos veíamos justo ahora. Llenos de sangre, tierra, heridos, quemados. Con la ropa vuelta trizas y destrozados en casi todo el esplendor de la palabra.
Matar era algo que claramente nunca había hecho. Justifico lo que hice porque fue para sobrevivir.
Mi enfrentamiento fue probablemente la peor cosa por la que tuve que pasar.
Aún puedo ver la sangre que mancha mi ropa, y solo puedo pensar en si fue realmente necesario.
Su vida o la mía...
Probablemente el tendría un futuro prometedor si hubiese sobreviviendo.
Una persona del ADRET
Realmente fue difícil entender a qué me enfrentaría, pues de pronto apareció frente a mí un chico igual de asustado que yo, mirando a todos lados y con una daga en la mano. Me miró, sollozó y se abalanzó sobre mí.
Lo esquivé e intenté razonar con él. Pero solo me respondió una vez.
—Solo uno de los dos tiene que salir por esa puerta, y no moriré, me niego a morir hoy— Fueron sus palabras. Y me duele un poco pensar, que fui la causante de que él no sobreviviera.
Pero realmente no era lo único que jodía mi cabeza justo ahora, porque por muy loco que suene, en realidad no me quitaría el sueño lo que había hecho. Pero la niña. Eso sí es un motivo para temer.
La sola mera presencia de un bebé cambiaba muchísimas cosas.
Nosotros no podíamos lidiar con la carga que suponía una niña. Más que todo porque los que habían sobrevivido eran buenos.
Tal vez esa no era la mejor palabra. Pero sabía que ninguno permitiría que ella saliera lastimada.
Caminamos como zombies. Ésta vez ni siquiera teníamos ánimos de hablar, bromear o si quiera pensar que podía salirnos algún monstruo como el de la biblioteca. Podría pensar incluso, que si así fuera el caso, poco se defenderían.
La luz se restableció cuando estábamos cerca de la urbanización, lo cual fue un alivio pues las linternas habían quedado olvidadas y no teníamos idea de cómo nos moveríamos en la noche.
Al llegar ninguno dijo nada. Diana, Kadi, Vero y las gemelas entraron en la casa donde nos habíamos quedado todos. Los chicos se fueron para una de las casas a las que no habíamos entrado y las que restabamos los imitamos entrando a un lugar totalmente equipado. Escalofriantemente parecido al anterior.
Los baños de cada lugar no eran suficientes para todos, probablemente esa era la razón por la que nos dividimos.
Un buen baño era lo que todos queríamos ahora.
Así que me desvestí en la primera habitación que encontré y me metí a la ducha, quitándome la sangre, suciedad y cualquier pensamiento impuro que viniera a mí.
El lugar por suerte, contaba con aire, calefacción y cualquier cosa para que nosotros estuviéramos cómodos. Y a pesar de toda esta mierda, agradecí que al menos hubiesen pensando en eso.
Cómo no había ropa solo tomé una bata y me acosté en la cama, cansada y derrotada a punto de caer en la inconsciencia sentí un peso a mi lado, el cual me rodeo con sus brazos.
No tuve fuerzas para apartarla y solo me dormí.
***
Despertar en este lugar. Después de tan semejante noche fue raro. Silencio absoluto y el ambiente era fresco, en otra circunstancia realmente hubiese amado despertar en un lugar así. Cama, extremadamente cómoda y abrazada a...
ESTÁS LEYENDO
Vestigio [EN EDICIÓN]
Ficción GeneralDespertar en una casa y un lugar diferente de donde te dormiste es aterrador. Que ese lugar sea un pueblo fantasma solo lo empeora. Y que los únicos que puedan buscar una solución ante el absurdo escenario en el que se ha convertido su vida sean uno...