🌊| ¿Puedo...besarte?

814 126 41
                                    

Dejó el vaso con agua sobre la pequeña mesa que reposaba al lado del catre segundos antes de que Jimin ingresara a la habitación, había ido al baño a lavarse los dientes porque decía que su boca olía mal, Yoongi solamente lo dejó ir, dilatar las cosas no era su pasatiempo favorito, pero irónicamente era lo único que había estado haciendo al no querer conversar con su menor.

—¿Cómo sigues?— le preguntó en voz baja mientras lo veía guardar las cosas en su bolso.

—Mejor de lo que salí de esa fiesta— se dio vuelta para quedar frente a él, tenía ojeras, su cabello rubio estaba revuelto y desordenado, e incluso la ropa que se colocó al llegar le quedaba el doble de grande, pero Yoongi no podía encontrar un ser más perfecto que él —Es...hyung, ¿quieres escucharme?— le preguntó, jugueteando tiernamente con sus dedos y mirándolo dubitativo.

Yoongi se sentó en la cama nuevamente y con su palma golpeó el lado que estaba vacío, indicándole que se sentara con él —Tal vez es lo que debí haber hecho desde el inicio, pero una infidelidad no se justifica, si lo sabes ¿verdad?— Jimin asintió, cabizbajo. Dio los pasos que lo separaban de la cama y se sentó donde él le indicaba. Yoongi moría por abrazarlo, por respirar el aroma a shampoo y perfume que hemanaba el cuerpo de Jimin, pero el pasado estaba demasiado presente.

—Sé que Taehyung fue quien te dijo lo que pasó esa noche en mi casa— el mayor asintio, buscando en sus recuerdos los gritos alarmantes del castaño cuando le decía que Danwoo casi apuñaló a Jimin —Y...es triste decirlo, porque es mi mamá, pero esa no fue la primera vez que intentó hacer eso.

—¿Ya había sucedido antes?— preguntó Yoongi, con el corazón afligido y la mirada fija en el semblante triste del menor.

Jimin asintió —Hace un par de años. Esa fue la primera vez que salí a una fiesta luego de una "discusión" con mi madre— hizo comillas con sus dedos para enfatizar la palabra, porque nunca eran discusiones normales, siempre empeoraban cuando estaba borracha —Descubrí que me sentía mejor si salía de casa y me rodeaba con personas que hacían lo mismo que ella, inconscientemente comencé a tomar también.

—Pero tú no eres alguien que dependa del alcohol— dijo Yoongi en susurros, quizás nunca iba a entender a Jimin, porque sus padres no solían tomar, pero sí podía escucharlo, o al menos, hacer el intento —¿No has pensado en cambiar esa rutina? Si tu mamá toma, salir de ahí e ir a casa de un amigo, pero no a una fiesta.

Su menor se encogió de hombros —Un tiempo estuve yendo donde Tae, pero a su papá parecía molestarle mi presencia, entonces dejé de recurrir a él.

Yoongi se quedó en silencio durante un momento, admirando la piel suave y perfecta que tenía Jimin —¿Y yo?— por primera vez luego de haber terminado, buscó la mirada de su ex e intentó descifrar lo que había en ella. Quizás tristeza, anhelo, y mucha culpa, más de la que Yoongi le hubiera querido hacer sentir —¿Por qué nunca fuiste hacia mí? éramos pareja, Park.

Su menor se levantó de la cama y huyó de su mirada, a punto de comenzar a llorar por todos los errores del pasado —Te veía tan...sumergido en tus estudios— susurró con la voz entrecortada, dándole la espalda a Yoongi —Me daba miedo que por exigirte atención, o contarte mis problemas, pudieras perder algún ramo.

—Jimin...— dijo Yoongi, levantándose de la cama y pasando su mano cariñosamente por el cabello ondulado de su menor, intentando que no cediera ante las lágrimas —Una relación está hecha para escapar un breve momento del mundo. Nunca, jamás, me perjudicarías en los estudios.

—Estoy lleno de errores— murmuró. —Te fallé como pareja, le fallé a mis sentimientos...si no hago algo voy a terminar más hundido de lo que ya me siento.

Yoongi bajó la mano hasta el hombro de su menor y lo atrajo hacia su cuerpo para darle un cálido abrazo, pasó su brazo por la estrecha cintura y descansó su otra mano en los omoplatos, subiendo y bajando, conteniendo el llanto ahogado que dejaba escapar el menudo cuerpo de Jimin. —Estás lleno de errores que puedes ir mejorando con el tiempo— le susurró al oído, sintiendo como su corazón finalmente latía tranquilo y en paz, sabiendo que aquello que anheló por tanto tiempo, se estaba haciendo realidad —Comienza por olvidar lo que pasó entre nosotros, borrón y cuenta nueva. No te sigas torturando por lo que me hiciste sentir, ya está perdonado ¿vale?

Percibió como las pequeñas manos de Jimin se aferraban a su espalda y él asentía repetidas veces con su cabeza. Tal vez debió haberlo escuchado mucho tiempo atrás, pero siempre pensó que su menor intentaría justificarse con excusas tontas, nunca se imaginó el nivel de dolor y el tipo de conflicto personal que había detrás de todo eso. Una infidelidad no se justifica, pero tal vez sí se puede perdonar cuando sientes que esa persona es tu mundo entero.

—Entonces...¿puedo ir a tu casa cada vez que mi mamá se embriague?— preguntó en voz baja, disolviendo el abrazo y sonriendo como si fuera un niño al que recién regañaron, con la nariz roja por el llanto y los labios abultados.

Yoongi subió sus manos hasta los mofletes del menor y pasó sus pulgares por ese lugar, secando un poco las lágrimas y descubriendo nuevamente la suavidad de su piel —Por su puesto. Taeyang estará feliz de verte en casa otra vez, durante estos meses no tuvo a nadie con quien preparar café con sal.

Al oír lo último que dijo, Jimin sonrió feliz, dejando al descubierto su hermoso eye-smile capaz de atontar incluso a alguien que se jura heterosexual —Aún lo recuerdas— murmuró divertido, secándose el resto de lágrimas distraídamente con sus nudillos y disfrutando del contacto de la palma del mayor sobre sus mejillas.

—Por supuesto que lo recuerdo. Mamá me molestó por casi tres meses con eso.

Las obres castañas del menor lo miraban alegre, una sonrisa aniñada seguía plasmada en sus labios e incluso la distancia que los separaba era finísima, ambos estaban conscientes de eso, y ninguno de los dos quería hacer algo para romper aquello. —Hyung...— murmuró en susurros, bajando su mirada hasta los delegados labios del mayor, sabiendo que lo que estaba a punto de preguntar era demasiado arriesgado —¿Puedo...besarte?

Yoongi acercó ambos rostros aún más, haciendo que su nariz rozara tiernamente la del menor. —Sabes muy bien que nunca te diría que no— respondió. Y segundos después, los labios de Jimin estaban sobre los suyos, bailando al compás de una melodía silenciosa y despertando sensaciones que creía ocultas. El leve roce de sus cuerpos por sobre la tela, las manos de Yoongi sujetando fuertemente la nuca del menor y sus lenguas jugando y reconociéndose después de un largo tiempo sin contacto, sólo lo transportaban a la primera vez que se besaron, cuando creyó que ese era su lugar, porque todo encajaba perfectamente, como si desde un inicio hubiera sido creado para estar allí.

¿Beach? ¿Bitch? ¡Beach! °ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora