🌊| Lo que alguna vez fueron

759 123 29
                                    

—Si no fueras mi hermano ya te habría colgado— murmuró Yoongi recostándose de espaldas en la cama, descansando porque la puerta finalmente estaba abierta y ellos podían salir.

—¡Pensé que el seguro no funcionaba!— se defendiendo Taeyang, buscando auxilio con la mirada en Jimin.

—¡Pues pensaste mal!— lo reprendió el mayor.

Taeyang se cruzó de brazos e hizo un puchero, eran exactamente iguales a los de Yoongi.

—¿Por qué no viniste antes?— le preguntó Jimin mientras buscaba un abrigo, salir a la terraza por un poco de aire no le vendría mal —Tu hermano casi se saca la mano golpeando la puerta.

El menor de los Min lo miró con ojitos de cachorro lastimado —Estaba en una partida online y tenía los audífonos puestos. Escuché los golpes luego de que me mataran y el juego quedara en silencio.

—O sea que si no te mataban, nosotros seguiríamos aquí encerrados— dijo Yoongi en tono burlón.

Taeyang se tiró sobre el cuerpo de su hermano y formó la sonrisa de gomita que caracterizaba a los Min —Exacto.

Jimin negó con la cabeza y salió de la habitación con una sonrisa triste, dejando atrás la discusión que mantenían ambos hermanos. Caminó a través de la cocina y vio el celular de Yoongi sobre la mesa, tal como lo había dicho.

Recordó con un nudo en la garganta que su ex era de esas personas que dejaban sus cosas tiradas por todas partes, antes Jimin podía tomar ese celular y Yoongi no le diría nada, en cambio a él se le iba el alma cada vez que su mayor tomaba su celular, aunque simplemente haya sido para quitarlo de un lugar y situarlo en otro.

Se colocó el abrigo, despejó su mente de los recuerdos y abrió la puerta que daba directamente a la terraza, encontrándose de frente con una vista maravillosa del mar. Las olas chocaban contra las rocas y la brisa le acariciaba el rostro con delicadeza, impregnando cada célula de su piel, el olor a sal y el ruido arrullador de las olas se volvieron mucho más intensos una vez que cerró los ojos y se sentó en la banca alargada de madera que había ahí.

Odiaba admitirlo, pero extrañaba lo que alguna vez fueron con Yoongi.

Extrañaba cada abrazo que el mayor le proporcionaba, cada caricia, cada palabra y cada momento que vivieron. Nunca había entendido la dependencia emocional, él nunca necesitó de otra persona para estar bien, no le afectaba si Yoongi estaba triste, porque eso no iba a influir en su persona. Lo iba a ayudar a salir adelante, sí, pero no dejaría que esa tristeza se le contagie.

En cambio ahora parecía ser diferente, se supone que si terminaron, con mayor razón debería tener esa independencia emocional que siempre tuvo, sin embargo, el mal hunor de su ex le estaba afectando más de la cuenta.

Lo hacía sentir triste y solo, cuando antes eso nunca había pasado.

¿Eso es la dependencia emocional? ¿O es otra cosa que él desconoce? Si tan solo ese día no hubiera estado tan borracho...su relación no se hubiera ido al tacho de la basura.

Abrió los ojos al sentir que su celular vibraba suavemente, era una sugerencia de Google sobre un bar que daría una fiesta a unos cuantos metros de distancia de donde ellos estaban alojándose. Bufó molesto por dicha sugerencia, su relación había termiando en una fiesta y Google le estaba sugiriendo ir a una, menuda mierda. Volvió a guardar su celular y siguió mirando la preciosa vista que el mar le ofrecía, había dormido durante toda la tarde y ahora no tenía sueño ¿qué haría por el resto de la noche? Probablemente vagar por la cabaña o quedarse mirando el techo de su habitación durante horas, pensando en cómo arreglar el lío qué tenía en su corazón.

Cuando sintió un vidrio quebrarse escandalosamente en la entrada de la cabaña, Jimin se paró de su lugar y se desplazó hacia allí con cuidado, preocupado de que a alguno de los hermanos Min le haya sucedido algo, pero sólo se encontró con la imagen de su madre, borracha, doblada sobre su estómago y vomitando en el tapete de la entrada, Yonsook lo miró angustiada, casi deseando abrazarlo y ocultarle el rostro para que no viera aquello. El señor Min apareció a los segundos después, cargando las mantas que ocuparon para recostarse en la arena.

—Bebió un poco— le dijo la madre de Yoongi, levantando a su amiga y ayudándola a llegar al baño —¿Puedes alcanzarme ropa limpia, por favor?

Jimin tragó grueso y parpadeó repetidas veces para quitar las lágrimas que se estaban acumulando en sus ojos —Claro— entró a la habitacion de su madre y sacó lo primero que encontró, lo que menos quería era verla en ese estado, y en su mente, esa dichosa fiesta que le sugirió Google se estaba volviendo cada vez más atractiva. Intentaba deshacerse de los vicios de su madre rodeándose de personas que consumían lo mismo que ella, todo para intentar verlo como algo normal.

Le dejó la ropa sobre el lavado y se retiró de ahí, chocando con el cuerpo de Yoongi en el proceso —Hey, con más calma, puedes caerte— lo sujetó de los hombros y lo ayudó a estabilizarse, lo único que Jimin quería en aquel momento era un abrazo, un hombro en el cual apoyarse y sentirse querido, pero sabía que en su ex no encontraría ni lo uno ni lo otro. Lo miró a los ojos y halló en ellos una mirada de compasión, como si quisiera decirle algo y luego desaparecer para siempre, pero en lugar de eso solo lo soltó de su agarre y lo dejó seguir con su camino.

Jimin se encerró en la habitación que compartía con su ex novio y pateó el colchón de la cama inferior con rabia, pero no soltó ninguna lágrima, se tragó todas y cada una de ellas, buscando y pensando una solución para salir de esa casa, poder perder el sentido de quién era y dónde estaba y evitar tener que ver a su madre borracha.

Y lo único que se le ocurrió, fue esa fiesta que le sugirió Google. Pero para su mala suerte, no podía salir sin "su amigo" tendría que pedirle a Yoongi que finja ir con él al menos hasta que pierdan de vista la cabaña y puedan separarse.

¿Beach? ¿Bitch? ¡Beach! °ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora