Capitulo 21

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No se sentía bien. Esa mañana no era la suya, definitivamente. Tan solo quería irse a casa y dormir todo el día sin que nadie la molestara, o tal vez dibujar un poco, aunque eso no era la mejor idea sabiendo perfectamente que rostro retrataría. Últimamente le costaba pensar en algo que fuese ella.

Mierda. ¿En qué momento se había quedado tan prendada de Lisa? La dejaba atónita su propia anhelación por la chica de excitantes ojos cafés. Es que con ella todo era tan apasionante y divertido que el tiempo se le pasaba rápido.

Aunque de algo estaba segura: sentía grandes cosas por Lisa. Algo que ahora le tocaba matar, tenía que liberarse de esos sentimientos antes de que las cosas se tornaran feas para ella. No podía enamorarse de una chica. No ahí, no en ese lugar.

Al demonio con su meta. Todo se fue al caño apenas pasó al lado de Lisa y esta fijó su mirada en ella desmoronándola por completo. La mirada de Lisa era especial, hechizante, venía cargada con miles de emociones y te hacía sentir que el piso se estremecía, como
Si pudiera abrazarte o golpearte solo con ella, a veces te querías ahogar en esos especiales ojos marrones y otras veces solo querías que te viera atenta con una de esas miradas suyas.

Existían miradas que mataban, miradas frías y miradas que cautivaban, algunas incluso podían llegar a enamorarte. Te atrapaban en una red invisible y como con una fuerte cuerda te atraían hacia ellas, imposible de negarte a la atracción que crecía en tu pecho y se extendía por todo tu cuerpo, devorándote tanto por fuera como por dentro en una incesante y gloriosa derrota en la que estarías más que dispuesto a ceder.

Eso le sucedía a Jennie cada vez que Lisa la veía de esa manera... la atrapaba, la desmoronaba y la hacía sentir más viva que nunca, pero esta vez se sintió decaer cuando esa cálida mirada se tornó fría y su ceño se frunció con obviedad.

"¿Qué harás hoy, Jen? Deberíamos hacer una tarde de películas con palomitas de maíz y algunas donas... también podríamos comprar pizza, dos al menos, así ustedes también pueden comer un poco". les comentó Irene pensativa, pero Jennie concentrada en Lisa.

Ni siquiera intentó disimular. Verla era una adicción, su imagen una droga.

"¿Jen, hey?". Jisoo chasqueó los dedos frente a ella regresándola al mundo real. "¿Qué ves?". iba a voltear pero Jennie logró captar su atención antes de que lo hiciese y descubriera que era Lisa la causante de su despiste.

"¡Porristas!". gritó sin saber muy bien por qué. "Ahm... estaba pensando en el entrenamiento de hoy. La profe dijo que habría una nueva rutina, ¿no?". sus dos amigas asintieron confundidas.

"Por el partido del equipo femenino, supongo". dudó Irene. "Según he escuchado, es muy importante. Irán varios reclutadores y las chicas tendrán que dar lo máximo de sí para conseguir un buen cupo en una de esas prestigiosas universidades".

Jennie sintió su corazón en un puño cuando Irene dijo aquello. Dios, su último partido con las porristas sería únicamente para Lisa, para apoyarla mientras ella estuviera destacándose en el campo.

Sin importar que, eran amigas. Ella misma se encargó de decírselo antes de su primera... ¿cita? Sí, cita. Su secreta cita.

"Lisa será una de ellas". dijo Jisoo sin saber el estremecimiento que ese nombre causaba en Jennie. "Estoy segura de que le ofrecerán más de una beca. Tiene suerte". finalizó encogiendo un hombro y frunciendo los labios.

MIRADAS - JENLISA ADAPTACIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora