Sentada en su cama desordenada, envuelta en las sabanas que la acogieron a Lisa y a ella anoche, Jennie no pudo más y comenzó a llorar en silencio. Mientras que nadie la escuchara o la viera se permitió liberar ese sentimiento que tanto oprimía su pecho.
¿Vida perfecta? Vida perfecta nada. El reloj había empezado a sonar muchísimo antes de que llegara Lisa, muchísimo antes de que Kai le pidiera matrimonio. Comenzó a hacerlo sin que ella se diera cuenta y sospechaba que llevaba haciéndolo desde su temprana adultez, siendo antes un mínimo sonido que pasaba desapercibido, pero que ahora le taladraba los oídos.
Estaba cansada de fingir nuevamente. ¿Qué pasó con su plan de tener una vida honesta? Ese último año había sido todo un caos y aunque intentara disimularlo el pasado estaba reclamando su deuda.
Volvió a ver el lado vacío de la cama donde debía estar durmiendo Lisa. Por fin se sintió completa al estar entre sus brazos la noche anterior y, a pesar de que le estaba siendo infiel a Kai, sentía que sus labios besaban a la persona correcta, que sus dedos acariciaban el cuerpo correcto. Que su realidad debía ser esa y no otra... No despertar preguntándose cuándo desaparecería esa melancolía que disimulaba con uñas y dientes.
Lisa se había ido y lo que menos hacía era culparla, aunque deseaba con todas sus fuerzas poder recriminarle por dejar su cuerpo frío y anhelante del calor corporal del suyo. La peligra de hipnóticos ojos cafés había hecho lo correcto.
Quería poder solucionar todo, pero no sabía qué era verdaderamente correcto. No quería equivocarse nuevamente como tanto había hecho con Lisa, siempre se equivocaba con ella y eso la hacía sentirse el peor ser en la faz de la tierra. ¿Por qué hería a las personas que menos se lo merecían? Y Lisa... A la que había pasado por tanto y seguía sonriendo, a la que le daba risas a pesar de sus tortuosos recuerdos, la que le hizo tan feliz y que se lo recompensó finalmente con palabras hirientes.
Siempre supo que, aunque Lisa realmente le hubiera sido infiel, así fuera solo por un beso, ella también erró. Por eso su empeño en querer ayudar a su familia, en cuidarlos por Lisa, pero luego el cariño por Bambam fue más allá y se tornó verdadero amor fraternal. Adoraba a ese chico con su vida, pero algo en ella le decía que eso se debía al parecido con Lisa. Porque, los demás lo vieran o no, Lisa y Bambam tenían muchísimos rasgos en común, solo que eran detalles que nadie, excepto ella, notarían.
Buscó en su mesita de noche su teléfono, al que nunca llevaba al estudio porque solo era un medio de distracción y llamó a Lisa. Al tercer timbre, contestó.
"Jennie". fue su saludo y la aludida suspiró, notando la lejanía en su voz. De nuevo volvía a sentir la enorme distancia entre ellas.
"Prometo que no llamo para reclamarte nada". tragó viendo las sábanas arrugadas. "Solo... no lo sé. Marqué por instinto".
"No quise despertarte cuando me iba. Tenía muchas cosas que pensar". explicó y hubo una corta pausa. "Jennie, esa fue mi manera de cerrar completamente el ciclo que tenía contigo". escuchó a Lisa inhalar y exhalar largamente. "No pretendo que creas que para mí fue un juego o un rollo de una noche, es solo que... yo... Lo siento. En verdad lo lamento, Jennie".
La castaña cerró los ojos y tragó nuevamente el nudo que no se iba de su garganta desde que despertó y vio que en la cama solo estaba ella. Había esperado más de media hora, con las tenues esperanzas de que Lisa hubiera ido al baño o a comer algo, pero sabía bien que no era así. La pelinegra se había marchado.
"Lo entiendo. No te culpo". se quedaron unos momentos en silencio, pero ninguna colgó hasta que Jennie comenzó a hablar nuevamente en voz baja contra el micrófono. "Ese ciclo yo lo creía cerrado para mí desde hace un tiempo... pero, ¿sabes? Volviste a mi vida y con un chasquido pudiste cambiar todo lo que construí durante años. Todo lo que quería o tenía".
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MIRADAS - JENLISA ADAPTACIÓN
FanficLa famosa jugadora de fútbol femenino, Lalisa Manobal "Lis". recordaba cuando vivía en el pequeño pueblo y recatado pueblo de California y pensaba en cómo se vería afectado su presente con su próximo regreso. 10 años habían desde que se fue huyendo...