La famosa jugadora de fútbol femenino, Lalisa Manobal "Lis". recordaba cuando vivía en el pequeño pueblo y recatado pueblo de California y pensaba en cómo se vería afectado su presente con su próximo regreso.
10 años habían desde que se fue huyendo...
Las clases habían finalizado tres semanas atrás y el acto de grado se había llevado a cabo de la mejor manera en un enorme anfiteatro en donde cada bachiller graduado subió al escenario para recibir su diploma y las felicitaciones de los docentes seleccionados.
Cada uno de los estudiantes de último año se graduó, no hubo falta alguna cuando todos lanzaron sus birretes al aire como modo de celebración por haber logrado quemar una de las grandes etapas de su vida. Cumplieron su meta, y Lisa también lo logró en el último momento cuando pasó sus frustrantes exámenes de biología, física y química.
Irene y Jennie habían sido una enorme ayuda, nunca podría agradecerles lo suficiente el haberla ayudado a superar la secundaria.
Todavía podía sentir los nervios de cuando esperaba a que el profesor Jackson corrigiera su examen. Era la última alumna en el aula esperando por la respuesta que decidiría si iría la Universidad Internacional de Florida donde jugaría como una Pantera en su selección femenina de fútbol.
Lisa todavía no podía creer que le ofrecieran una beca completa para ir a aquella universidad tan prestigiosa a nivel deportivo y académico. Ni siquiera les importó cuando se enteraron que no era la alumna con el mejor promedio, solo les tuvo que prometer que pasaría las materias y ya. La veían como la gran promesa del fútbol femenino y no querían dejarla perder, menos viendo toda la competencia que querían reclamarla para que asistiera a sus universidades.
Irene y Jennie la esperaban en la puerta mordiéndose las uñas. Las amigas parecían hasta más alteradas que ella que solo estaba sentada, medio recostada en su silla, esperando a que Jackson terminara de corregir el bendito examen del cual dependía su vida. Física y química ya las había pasado, ahora solo quedaba biología, impresionantemente.
"Felicidades, Manobal". Jackson le entregó su examen. "Espero verte en la televisión jugando en la selección del país". la felicitó con una sonrisa y se fue del aula mientras Lisa respiraba profundamente dejando caer su lápiz a propósito.
No podía creer lo bien que estaban resultando las cosas. Sentía que su sueño personal se estaba volviendo realidad, cada una de las piezas encajando perfectamente poco a poco, haciéndola sentir más viva y feliz que nunca.
Lo tenía todo... bueno, todo entre los parámetros. Tenía una familia que la quería, una novia que adoraba, las llamadas esas a Shin Hye habían cesado, amigos con los que siempre bromeaba y pronto iría a una buena universidad becada.
Ahora estaba sentada en la silla del escritorio en su habitación con Jennie, riéndose de una broma que hizo la rubia sobre las aventuras de Irene cuando pequeña. Adoraba como se veía Jennie con el cabello corto y casi completamente lacio. Ese era el nuevo look de su chica. Había sido una enorme sorpresa cuando Jennie entró a su habitación una semana atrás con el cabello por debajo de los hombros y con suaves ondas, se veía de más madura, pero al mismo tiempo tierna.
Sencillamente, le encantaba.
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