Dos meses después.
Habían pasado muchas y pocas cosas para la familia Grey en esas semanas.
Empezando por la discusión de Ted y Zuset por la locura, como la joven rubia lo veía, de ponerle seguridad, a lo que ella se negó rotundamente. Tres días de peleas después Ted tuvo que ceder a que no tuviera escoltas dentro del hospital.
Otra de sus discusiones, la cual no duró ni siquiera una hora fue porque Roman le estaba mandando flores y cartas a la rubia, lo que tenía a Ted furioso y por supuesto que puso a Moon en su lugar dejándole muy claro que se alejara de su mujer.
Después de los exámenes que Zuset le hizo a Alex, los cuales arrojaron que la joven trabajaba demasiado, por lo que su cuerpo estaba albergando mucha presión y estrés, nada más.
Lo que provocó que Christian insultara y amenazara a Jared, él era su manager, para decirlo de manera sencilla, su padre en cierta forma tenía razón de haberlo hecho, él la estaba llenando de demasiado trabajo.
También durante ese tiempo se llevó a cabo el juicio contra Nik y Cleo, como se hacían llamar. Tyler fue quién estuvo a cargo del caso, uno en el que ellos no tuvieron oportunidad.
Ambos fueron sentenciados a treinta años de prisión, el bebé al nacer iban a ser dado en adopción. La familia Grey estaban tristes por el bebé, a pesar de todo, es una criatura inocente que tuvo la mala suerte de que esas personas sean sus padres.
Unos pocos días después, Zuset cumplió tres meses en el hospital, por lo que podía elegir si continuar o no en la sala de emergencias.
Ella decidió por su especialidad y ahora atiende consultas de cardiología y también está disponible para cirugías, Ted adoro su decisión, ya podía pasar las noches dormido abrazado a su mujer, pero también habría apoyado cualquier decisión que ella hubiera tomado si ello la hacía feliz.
Así que en la mañana y parte de la tarde la pasaba atendiendo consultas o en ocasiones en cirugías que debian hacerse de emergencia. Aunque Zuset en ocasiones extraña estar en la sala de emergencia, por la adrenalina que le implicaba el momento.
Su relación con su padre había mejorado considerablemente, una tarde de sábados ambos se quedaron charlando por un buen rato, en el que Zuset supo que todo ese tiempo su padre le había puesto seguridad, él había estado pendiente de cada logro que ella había hecho, como también sabía que su madre, su esposa a sus "espaldas", costeaba su universidad.
El también le pidió perdón por querer atarla a un matrimonio que el sabia bien que no sería bueno para ella.
Después de esa conversación ambos comenzaron a tratarse de manera menos formal y un poco más como padre he hija.
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Zuset revisaba los mensajes de se celular mientras subía al ático de su novio, aunque esté decia que tambien era de ella, la rubia se había sorprendido y decepcionado al no encontrarlo al subir al auto como cada vez que salía de trabajar.
En los últimos días no lo había visto mucho, estaba ocupado con algunos negocios de la empresa o al menos eso fue lo que él le había dicho que pasaba, tampoco tenía ningún mensaje de el.
Al abrirse las puertas del elevador quedó completamente sorprendida. El departamento solo estaba iluminado por muchas velas las cuales hacían un camino junto con muchos pétalos de rosas rojas.
Era algo hermoso de verdad, dejó su bolso junto con su celular en la puerta de la entrada para recorrer el camino que la conducía a la terraza del ático, a ambos les gustaba mucho pasar las tardes ahí y ver el atardecer, era algo maravilloso de ver.
En la terraza ya no estaban los cómodos sillones, en cambio había un picnic romántico.
-bienvenida mi amor- dijo Ted asustando la un poco, ya que no lo había visto- eres muy asustadisa- dijo un poco divertido abrazándola.
-y tu muy silencioso- lo regaño mientras dejaba que él besara su cuello.
-si, tambien hay de eso- aceptó para después besar su mejilla.
-es precioso por cierto- dijo.
-me alegra que se guste- dijo tomandola de la mano para que ambos se sentaran en la manta de picnic.
Disfrutaron de la cena que Ted había preparado para ambos, mientras hablaban de cómo había ido su día.
-porque me da la impresión de que tiene algo entremanos con esta cena- cuestiono Zuset.
-por qué lo dices?- preguntó fingiendo ser inocente.
-bueno esta nuestra exquisita y afrodisíaca cena, además pareces querer emborracharme- apuntó tomando otro sorbo de su copa.
-por la cena, si, me declaro culpable lo admito- se encogió de hombros lo que la hizo reir- pero lo de emborrachar te lo estas haciendo tu sola nena, es más- le quitó la copa.
-hey!!- se quejo.
-no tomarás por ahora- dijo firme dejando la copa a su lado- te necesito conciente mi amor- dijo y Zuset se mordió el labio.
-y pala qué sería eso- susurro, sí estaba un poco ebria.
-quieres saber?- le preguntó sentando la en sus piernas, Zuset asintió- bien, cierra los ojos, sin hacer trampa- le advirtió.
Con el corazón latiendo le desbocado, sacó la pequeña cajita de terciopelo negra, la abrió dejando a la vista la sortija que había mandado hacer especialmente para Zuset.
-abrelos- dice.
La Vista de Zuset estuvo un poco borrosa al principio, pero cuando vio la sortija frente a ella el alcohol de su cuerpo simplemente se evaporó de su cuerpo.
-te amo, te e amado sin siquiera saber lo que era el amor, no podría ver el resto de mi vida sin ti a mi lado, Zuset, eres la mujer perfecta para mi- dijo- me harias el honor de ser mi esposa?- preguntó.
Zuset quedo completamente mudo ante la proposición, no podía no tomarla como algo apresurado, apenas llevaba como cuatro meses o menos, pero también lo amaba, lo amaba mucho y tampoco podía ver el resto de su vida sin el.
Entonces por que le daba tantas vueltas?
-si, quiero ser tu esposa- contestó y Ted exhalo con alivio, había retenido el aliento todo el rato que ella estaba muda.
-gracias a Dios- dijo con alivio hiperventilando y sacando su inhalador del bolsillo.
-estás bien?- le preguntó Zuset después que uso su inhalador.
-mejor que nunca mi hermosa prometida- dijo con una deslumbrante sonrisa….
