【21. Without You】

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Shoto Todoroki (576) / Ochako Uraraka (—)


OOC ✫ Fantasy✫Deceso de Mochi

~La inmortalidad es una maldición,
especialmente cuando amas a una humana~.

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Para Shoto
«cuando me vaya, abre esta carta».

Te amo, ¿lo sabes?

Te amo mucho, mucho, mucho.

Te amo y es todo lo que tienes que mantener presente, cariño.

Sé que lo nuestro no fue amor a primera vista, dado que tú eres descendiente de una yokai y yo, una simple humana que jugaba a ser cazadora de seres espectrales. Sin embargo, al final fuiste tú quién capturó mi atención, mi corazón. No cambiaría nada de nuestra historia, ni siquiera su final en el que estoy segura lucias tan apuesto y estoico como de costumbre pese a las lágrimas.

También estoy segura de que tú fuiste mi última visión y, a razón de ello mi alma te buscará en la siguiente reencarnación.

Créeme, Shoto.

Los humanos somos necios, muy necios y, aunque mi cuerpo se marchite como cualquier flor, mi espíritu permanecerá y, más aún si ya te he entregado mi alma, mi ser.

Eres el amor de mi vida, de cualquier vida.

Por eso, no estés triste por demasiado tiempo, mi amor.

Mantente fuerte, mantente siendo tú y, cuida de nuestra pequeña familia. Cuídalos mucho y, aléjalos de charlatanes que los hagan creer en las invocaciones, porque ninguno de esos rituales funcionará conmigo. Yo me he ido en paz, me he ido a causa de la maldición que a la vez me permitió tener las capacidades sobrenaturales para conocerte, para conocerlos a todos ellos.

Gracias por todo, Shoto.

No te desesperes, no permitiré que pases solo tu inmortal existencia: volveré, yo volveré a ti.

••

El híbrido entre un vil ser humano y la legendaria doncella de las nieves procura alejar de sí mismo la carta de su amada, a fin de evitar mancharla con sus lágrimas. A fin de evitar romperla en mil pedazos, tal y como está roto su espíritu, su voluntad. Después de todo, Ochako era su pilar existencial; sin ella, vivir parece una ardua faena en lugar de un privilegio.

—¿Pa-pá?

Una figurita se advierte al umbral, un huérfano más de la temible guerra entre humanos y el resto de la naturaleza. Un nene al cual la castaña se empecinó en mantener junto a ellos, a pesar de que para en ese entonces su maldición la aquejaba e impedía dormir en las noches debido a la agonía, al ardor de las marcas de la imprecación.

—¿Papá, onde está mamá? — El crio profiere, aproximándose con lentitud debido a la falta de su piernita derecha, la cual fue devorada por un ogro de montaña—. Kacchan dice que mamá no volverá...

—No lo hará. — El de ambivalente cabellera es directo, incluso con el churumbel.

El varoncito abre suntuosamente los ojitos; ojitos que se llenan de lágrimas y pesar en un santiamén.

—¿Por qué? — La interrogante es más un reclamo, es el comienzo de una infantil rabieta—. ¿Acaso hice algo malo para que ya no me quiera? — El nene se aproxima a su padre, ascendiendo al regazo de éste.

Y Shoto se asombra —una vez más— de la calidez humana.

A razón de que él es gélido, eternamente gélido debido a su origen y, se representa en su lívida piel a excepción de la cicatriz que ganó enfrentándose a su madre por la vida de su amada.

—Mamá estaba enferma. — Explica el mayor ante la insistencia de su vástago—. ¿Recuerdas las marcas en su rostro? ¿En el resto de su piel? Esas marcas eran una enfermedad, una maldición. — Prosigue hablando, más para sí mismo que para el niño cuya mirada de tierra húmeda le recuerda su pérdida a cada aspiración.

—P-pero mamá no era tan vieja...— Acota en su inocencia infantil, en dónde sólo las personas y seres mayores tienen permitido fenecer.

El de bella heterocronomia suspira, porque su Ochako tan sólo tenía treinta y seis vueltas al sol cuando expiró; una dieciseisava parte de la actual existencia del medio yokai. Y, quizá tarde ese tiempo o más en volver a él; sin recuerdos y sin sus manías, un lienzo en blanco del cual volver a enamorarse, si es que la castaña no encuentra a alguien más.

A alguien que la merezca.

A alguien que en verdad sea su alma gemela.

El resto de la tarde, Shoto se enfoca en consolar al nene más pequeño de su exiguo clan; así como, se fuerza a pasar tiempo con el resto de sus taciturnos compañeros.

Habla en automático, actúa en automático y, es que él es sólo sentir en aquel momento.

Está dolido, está frustrado.

Está roto, completamente roto.

••

Para ti
«una carta que jamás leerás».

Una maldición es una carga física, moral o sobrenatural que aminora la calidad de vida; suele ser el resultado de una manifestación de enojo o aversión o, como en tu caso, el precio de un egoísta deseo.

Aunque, tú nunca me pareciste egoísta.

Buscabas poder porque deseabas proteger, buscabas custodiar a tus seres queridos.

A temprana edad perdiste a tu familia, a tu pueblo y, sólo te quedó ser fuerte como única opción. Y, lo eres. Lo eras. Eras la persona más fuerte que he conocido, y también la más amable; por eso te preocupaste por mí desde la primera vez que nos encontramos, a pesar de que bien pude haber sido el cómplice del yokai que te encontrabas cazando.

Ser inmortal es una maldición.

Mi maldición.

La inmortalidad te provee de una mente vacua, la inmortalidad te arrebata la capacidad de retener memorias, aún si éstas son valiosas.

La inmortalidad me arrebató el recuerdo de nuestro primer encuentro y no tardará en arrebatarme las memorias que forjé a tu lado, aún si el dolor permanece. Un imperecedero vacío que probablemente me acompañe por el resto de la eternidad. No porque dude que cumplas tu palabra, si no porque temo que no vuelvas a enamorarte de mí.

De la miseria de hombre que seré sin ti.

Y, no busco que vengas a salvarme; a salvarme una vez más.

Si regresas, Ochako; si vuelves a este mundo: tan sólo pido que seas feliz, aunque sea sin mí.

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¡Hola!

Dejaré una tanda de tres viñetas por aquí y escaparé, debido a que he de terminar con mis exas departamentales y, volveré al ratico para completar este reto.

Muchas gracias por sus estrellitas y comentarios.

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inmortal】

❀ Crush {Todochako} ● !Veinticinco ViñetasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora