La verdad oculta

C A P I T U L O *D O C E*

Eva

—Hola madre hermosa— dejo mis llaves en el llavero de la pared.

Da un giro hacia mi mientras está revolviendo con su mano derecha, mientras su mano izquierda sujeta la olla.

—Hola... y ese ánimo— me sonríe.

—¿Qué haces? —avanzó donde esta ella hasta quedar al lado suyo.

—Mermelada para vender mañana. Pruébala— saco con el dedo un poco de mermelada que hay— ¡Pero no con el dedo, Eva Alexandrie Putman!

—Esta rica mamá—Sonrió <<esta ácida>>—. ¿Y... Nicolle?

—Está en su habitación.

—¿Papá?

—Trabajando— murmura, con la cabeza agachada.

—¿Tan tarde?—miro el reloj en la pared—; son las once.

—Cuando más trabaja, más dinero hija.

Asiento.

<<sé que miente>>.

Antes de entrar a la habitación escuchó a Nicolle discutiendo. Pongo mi oído en la puerta.

—Te dije que no..., sabes porque lo hice..., además no cumpliste lo que acordamos... ¿Cómo que iban a levantar sospechas?, ... no es mi culpa que no disimularas... me saque una nota mínima..., claro... no puedo..., además... te dije que me subieras las notas..., ¿si me acosté contigo fue porque yo quería?

—¡¡¡Que!!!, ¡¿te acostaste con tu profesor?!

—Tengo que cortar—corta y deja el teléfono y viene donde mí—. ¡No grites! —me amenaza.

—E tenido que estar soportando que vas a fiestas, que te drogues— le hago señas con los dedos, enumerando las cosas que ha hecho—; Pero esto no lo puedo aceptar. Te dejo ser todo el tiempo. Te cubro cuando vas a fiestas ¿y tú, me lo pagas con esto? No voy aceptar.

—¡¿Qué?!—me tomó del brazo cuando quiero ir a la puerta—, ¡no! ¡Tú no vas a ir a ninguna parte!, no sabes lo que he tenido que aguantar, para que tú lo arruines.

—Le voy a decir a mamá.

—No— me detiene, me empieza a apretar el brazo y a clavar sus uñas—. No sabes nada de mi vida. Nada. He tenido que soportar todo este tiempo que tú eres la perfecta de esta familia. Mientras yo el caso perdido. Mi novio murió. No tengo a nadie más...

—¿Te estás escuchando? —niego mi cabeza.

Me zafo de su agarre y me acerco más a ella:

—Yo he tenido que soportar todo lo que has hecho, te vas a fiestas, te drogas, y, dices que no tienes a nadie.

Me mira retándome para que siga, sé que le duele más que a mí lo que voy a decir:

—... yo te compro tu medicina en cambio tú la vendes para comprarte ropa, droga e incluso alcohol. Tu eres la que no entiende. Mas encima me dices que yo soy la favorita— se me va quebrando la voz, pero tengo que ser fuerte. Me raspo la garganta—: Si yo fuera la favorita, estaría estudiando, estaría con mis amigos Shane y Dilan, pero no puedo porque ellos están en la universidad estudiando en otra ciudad. O en otro país.

Voy directo hacia la puerta cuando toma mi brazo

—Si le dices a mamá o a papá, le digo que estás cogiendo con el hijo de tu jefe.

Se me están empañando los ojos, dejo que caigan las lágrimas, y me enderezó.

–No serás capaz.