Capítulo 36

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Si un día comenzarán a salirme canas blancas no me sorprendería. Con tantos sustos que me he llevado con Kara y este trabajo lo que me sorprende no tener el pelo completamente blanco.

Hace rato que la dejé descansando en la camilla con las lámparas solares para seguir con el trabajo, obviamente después de revisar que su salud ya no estuviera en peligro.
Creemos tener una buena pista de sujeto. Si todo sale bien lo atraparemos pronto.

Iba camino a darle las noticias y dar una revisada a su estado cuando me detuve en seco a mitad del pasillo al percatarme que Kara no se encontraba sola. Dentro de la habitación también estaba Lena.

Estaban frente a frente. Hablando. Las dos serías y con una clara tristeza en sus rostros.

De repente vi como Kara comenzó a llorar fuertemente y con toda la intención de ir a defender a mi hermana comencé a acercarme hasta que vi una acción que hizo detenerme en seco por segunda vez.

Lena se limpiaba los ojos, también estaba llorando.

Seguí observando y vi como Kara camino rápidamente la distancia que las separaba y la abrazó con fuerza. Seguramente le dolería a Lena, pero parecía no importarle porque le devolvía el abrazo con la misma energía mientras escondía su rostro en el cuello de mi hermana.

Tenía muchas dudas sobre lo que estaba pasando y quería quedarme a ver qué sucedía, pero en contra de mis deseos di media vuelta y me alejé dándoles su privacidad.

No cometería el mismo error dos veces.

Espectadora de lo EvidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora