Reto de los 30 días (OsoKara version)

Día 16: Profesor y alumno 1/2

En una tierra fértil habitaba una prospera nación; Akatsuka, de la cual muchos hablaban por su larga tradición y estabilidad política. Hoy en día los países vecinos estaban en paz con Akatsuka, se contaba en cada pueblos que su reino pudo ser perfectamente un imperio, pero cuando pudo expandirse su rey solo quiso regularizar sus fronteras, respetando la identidad de los demás a cambio de que le den el título de la potencia más fuerte y pagaran tributo anual, se decía que la clave de su éxito eran la orden de nobles caballeros a su disposición y aunque su gloria prevalecía, los guerreros quienes entregaron sus vidas por alzar Akatsuka desaparecieron de la actividad pública de pronto, siendo reemplazados por la guardia nacional que actualmente estaba bajo el control del monarca.

El actual rey era tan majestuoso como sus predecesores, sabio, sereno y con un carácter admirable, si bien eran tiempos de tranquilidad, algunas veces dirigía campañas contra algunos vecinos que intentaban invadir desde el norte, pero como lo habían prometido sus ancestros, controlaría con pluma y espada las fronteras para que permanecieran lo más claras posibles sin afán de expansión.

Como era de esperarse la reina sería igual de majestuosa como él, hermosa y devota a la nación.

La pareja ideal, dos monarcas merecedores de su título provenientes de un linaje extremadamente selectivo, solo mostraban excelencia en cada cosa que hacían frente a los demás.

Sin embargo, no podría decirse lo mismo de su único hijo, el príncipe Osomatsu.

Para ser el heredero al trono a sus 17 años más bien parecía el bufón de la corte que un futuro rey, nadie pensó que esa personalidad carismática y traviesa que evocaba ternura en su niñez y parte de su adolescencia fuera un fastidio en las sesiones de la corte. Realmente no tenía remedio, desde llegar con sus ropajes sucios o indecentes hasta traer animales e incluso interrumpir a su padre mientras escuchaba a quienes solicitaban una audiencia con él, realmente la madurez no era un concepto que se asociara con este niño.

--Su majestad, el príncipe ya debería estar casado y engendrando a la siguiente generación con la hija de una prestigiosa casa noble ¡De lo contrario realmente veremos la caída de tantos siglos de esfuerzos en la dinastía!-- Exclamó uno de los ministros sonando bastante preocupado por el asunto.

El rey miró a su dirección sin cambiar su expresión, aunque atento a sus palabras, como un buen monarca.

--Así es, su majestad, el príncipe ya está bastante mayor para que siga teniendo días enteros de ocio sin ninguna responsabilidad, pienso que formar una familia podría ayudarle a sentar cabeza de una vez y preparar el camino hacia el futuro-- Mencionó otro cortesano, limpiando su frente con un pañuelo después de casi perder la peluca por la mala puntería del heredero durante su práctica de arquería.

A ellos, varios se les unieron argumentado de igual manera como una esposa enderezaría a su hijo y aseguraría descendencia, a lo cual el rey no respondió, después de tener un extenso debate sobre el tema el ambiente se puso tenso. La reina, quien igualmente se sintió incómoda por el silencio en la sala de la corte, miró a su esposo, ella forzó una sonrisa y se dirigió a los demás.

--Osomatsu aún es bastante joven e inexperto, además el rey goza de buena salud todavía, no es tan urgente si se piensa bien, no podemos botar del nido a un ave que aún no ha aprendido a volar para que forme una familia ¿No les parece?-- Preguntó tratando de amenizar el ambiente, algunos soltaron un suspiro, aunque no muy de acuerdo con lo que proponía, aunque la esperanza de vida en la familia real era relativamente alta, nadie sabía lo que deparará el futuro, tener un solo hijo como sucesor siempre era un peligro de que si este moría súbitamente, el linaje se mancharía o se cambiaría por otra familia, lo cual llevaría una disputa, había muchos casos en la historia.