Reto de los 30 días (OsoKara version)

Dia 3: Celos

--¿Qué viene ahora?-Preguntó el sultán rojo aburrido- ¡Abdel! ¿No tienes algo más bueno para mis invitados? Yo también me estoy hartando de los cantos de las concubinas.... Quiero algo más... llamativo- Las palabras del gobernante fueron una orden para su consejero quien salió con una reverencia junto a las humilladas chicas que siguieron al hombre en fila y en silencio.

--¿Por qué las echaste? Al sultán verde ya parecía hacerse una paja con la pelirosa mitad gato que tocaba el Laúd- Se burló el monarca de prendas rosadas ganándose una mirada indignada del mencionado. - ¿No es así, Sultán Choropajerul~?-

--¡No vuelvas a llamarme así, Sultán rosa!- Gritó exaltado causando que la habitación se llenara de carcajadas. Su cara se volvió completamente roja y con el ceño fruncido comenzó a discutir a gritos ganándose más burlas de sus pares.

Los 6 grandes Sultanes del reino se habían reunido por primera vez a discutir temas de política y economía; El Sultán rojo Osomatsu por consejo de su fiel consejo decidió convocar a los otros gobernantes limítrofes para acabar de una vez por todas la inestabilidad territorial de los sultanatos, aunque claro, en unos idiotas con tan título era de esperarse que quisieran divertirse antes de asumir sus responsabilidades. Pero el verdadero motivo era porque aún no había llegado uno de sus invitados.

Ya hace bastantes años que conocía a los demás al recibirlos como visita anual cuando el mismo ritual se repetía con sus padres y tal parece que incluso con el tiempo pasado y los cuerpos madurados seguían siendo demonios traviesos tal y como él. Le encantó.

La amplia habitación estaba decorada con tapices rojos de distintas tonalidades, las paredes pintadas de azul t morado resplandecían con la gran variedad de piedras preciosas incrustadas que resaltaban el ostentoso gusto del oji-escarlata. Hacia el fondo se encontraban los 5 sentados en una buena cantidad de cojines de seda bordados con oro y plata con varias bandejas repletas de manjares y bebidas de la mejor calidad que solo los de su clase eran dignos de probar y como se tenía la intención de detener las disputas no había mejor forma de simpatizar que ofreciendo a sus invitados no solo la comodidad, sino que la entretención sería un punto clave que podría relajar el ambiente, si tan solo el Sultán purpura fuera menos aterrador como antes ya lo habría logrado, no es que fuese un tipo tan desagradable a sus ojos pero tenía la mala fama de ser antisocial y muy sádico dentro de su sultanato, ya había oído de sus trágicas víctimas y ejecuciones exageradamente crueles, de alguna forma le caía bien. El territorio otomano se dividía en 6 sultanatos; Choromatsu provenía de las tierras del oeste, Ichimatsu del noreste, Jyushimatsu del noroeste y Todomatsu del sur dejando a Osomatsu regente del centro como la potencia principal en los 6 gobiernos.

--¡Sultán Ichimatsu!-Llamó el de orbes ámbar, el otro quien estaba abrazando sus rodillas aburrido volteó para encarar al amarillo quien le estampó comida en la boca tumbándole de espalda en el piso alfombrado- ¡Prueba, está delicioso! -Los presentes quedaron asombrados de su actuar tan repentino desviando la mirada a quien trataba de tragar toda la comida que tenía en su boca, al hacerlo relamió sus labios algo asombrado dirigiéndose al responsable congelando el momento.

--Uh.... S-si... está delicioso.... - Masculló algo avergonzado, Jyushimatsu agrandó su sonrisa satisfecho, todos suspiraron aliviados.

--¿Quién diría que el Sultán de la oscuridad aún conserva su lado tierno~?- Habló el de rojo recibiendo una mirada asesina de parte del amante de los gatos. -- Cielos ¿Cuánto más se demorará?- Preguntó al aire.

--¿Te refieres a el próximo espectáculo?- Dijo Choromatsu llevando un bocadillo a su boca- No seas impaciente, ya que decidiste cambiar su rutina es natural que tarden un poco en prepararlo-Alegó.