Melissa y Stiles habían peleado, pues el chico pasaba más tiempo con Scott, que con ella y no era que le molestara que su novio pasara tiempo con su mejor amigo, lo que le molestaba era que ni siquiera le avisara que no iría a verla cuando quedaban e inventaba excusas tontas.
Por lo que la chica, le dijo que cuando tuviera tiempo para ella le hablara, mientras no lo quería ver. Y como buen tonto que es Stiles, tomo su palabra y no le hablo por una semana, lo que le hizo sentir mal a ella.
La muchacha se encontraba en su habitación, terminando la tarea, la puerta se abrió dejando ver a Stiles con su típica cara de inocente y una cajita perfectamente envuelta.
-¿Qué quieres Stilinski? ¿Cómo entraste?-preguntó, cruzada de brazos.
-¿Me perdonas? -hizo un puchero.- saque copia a la llave -sonrió inocente.- te traje esto, es mi ofrenda de paz -.
Le dio la caja a la chica y ella la aceptó, en el fondo quería abrazarlo y llenarlo de besos, pero debía contenerse. Abrió la caja cuidadosamente, encontrándose con muchos dulces que le gustan y una carta, también una rosa de papel.
Sonrió, pero luego puso una cara seria y rodó los ojos, no debo caer tan fácil, pensó, se levantó caminando a la puerta para salir de la habitación, pero cuando el chico se dio cuenta camino a ella deteniendo su paso, se miraron a los ojos y luego a los labios, necesitaban sentirlos, una semana sin besarse los estaba matando.
Stiles tomó delicadamente la cara de Melissa y se acercó a ella, fundiéndose en un beso lento y algo torpe.
El chico puso las manos en las caderas de la chica, atrayéndola a él, mientras Melissa puso sus brazos en su cuello jalando su cabello y acercándolo aún más a ella. Al principio el beso era tierno, suave, por haber estado separados pero luego la temperatura empezó a subir.
Ambos empezaron a pasar sus manos por debajo de la ropa torpemente, por lo que Stiles empezó a conducirlos a la cama, a pasos torpes, tropezando con todo a su paso.
La tumbó en la cama poniéndola debajo de él y la miró directo a los ojos, ella le sonrió y él volvió a besarla, haciendo que el beso subiera tanto que sabían que irían más lejos que otras veces.
-Stiles -jadeo.- cierra la puerta -habló como pudo, la casa estaba sola, pero igualmente debían prevenir.
El castaño se levantó torpemente y cerró la puerta con seguro. Luego volvió con ella para besarla, mientras Melissa le quitaba la camisa aunque él no quedó atrás, también le quitó la blusa y el brasier.
Sus besos bajaron al abdomen de Melissa y ella cerró sus ojos disfrutando de la sensación que le causaban.
Stiles la besó nuevamente en los labios, mientras masajeaba los pechos de su novia para luego bajar a estos y morder sus pezones delicadamente, mientras metía su mano dentro de la falda de Melissa y ella empezaba a soltar gemidos, la muchacha bajo una mano y comenzó a sobar la erección de su novio, luego desabrochó el pantalón de él y metió su mano dentro de este, escuchando así los gemidos del castaño.
-¿Segura? -preguntó el, antes de quitarse el pantalón, ella asintió, por lo que Stiles quitó sus prendas torpemente y las de ella también, luego colocó el preservativo como pudo.
La miró y pasó la yema de sus dedos, por la cara y cuerpo de ella delicadamente, delineando cada parte de su hermosa novia, sintiéndose el más afortunado por tenerla, ella sonrió indicándole que estaba lista y él volvió a besarla transmitiendo todo su amor, para entrar en ella lentamente.
Se mantuvo unos minutos sin moverse, para acostumbrarse, y mientras besaba delicadamente cada parte de su rostro, haciendo que la chica sonriera.
-Stiles -susurró, el la miró.- puedes moverte -.
Eso hizo, comenzó a moverse lentamente dentro de ella, mientras su chica clavaba sus uñas en la espalda de él, sintiendo un verdadero placer.
Luego de unos minutos así, ella decidió cambiar de lugar para que Stiles también pudiera disfrutar, bajando y subiendo lentamente, mientras él se aferraba a sus caderas soltando gemidos y gruñidos.
Sintiendo que llegarían al clímax, Stiles decidió volver a tomar el control, poniéndola nuevamente debajo y esta vez embistiéndola con más fuerza y rapidez, sintiendo que en cualquier momento se desmayarían, hasta que al fin llegaron ambos al orgasmo y sus piernas temblaban, el se tumbo encima de ella, sin dejar todo su peso, escondiendo su cara en el cuello de la chica.
Cuando las respiraciones de ambos se tranquilizaron, el castaño se acomodó a un lado de ella abrazándola.
-Fue mi primera vez -habló él con las mejillas rojas, ella sonrió.
-La mía también -respondió tímida, y besó sus labios.
-Te amo, Melissa -dijo él.
-Te amo, Stiles -.
Ambos sonrieron, estar separados una semana no fue muy bonito, pero valió cada segundo. Ella se acurrucó en el pecho de Stiles mientras el muchacho la rodeaba por sus hombros, atrayéndola más a él.
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•02/05/2021•
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