-Ayúdame a recoger la mesa, _____ -dijo mi hermana cuando terminamos la cena familiar, por navidad, bueno más bien noche buena.
-Que flojera -le respondí.
-Ayuda a tu hermana, hija -esta vez habló mi padre en un tono tranquilo pero serio.
Me levante de la cómoda silla en donde me encontraba y comencé a ayudarla lavando los platos mientras ella recogía las cosas de la mesa.
Cuando terminamos fuimos a la sala y mis padres se encontraban sentados en el sofá, habían sacado los regalos.
-¿En serio? -sonreí un poco, probablemente ya no era la misma niña de cinco años que deseaba abrir los regalos, pero aún así sentía la emoción en mi cuerpo.
-Ven aquí -habló mi madre, me acerqué a ella y me senté a su lado.
-Este es para ti -me señaló mi padre, fruncí el ceño al ver una caja debajo del árbol.
-¿Saben? Creo que... no quiero un regalo -.
-_____ cariño, sabemos lo difícil que ha sido para ti desde que Gilbert decidió irse, pero hoy debes disfrutar y olvidarte de todas las malas cosas -dijo mi hermana, con una pequeña sonrisa.
Me senté en el piso, tomando la caja y rompiendo el envoltorio, cuando la abrí estaba vacía.
-¿Qué? ¿Donde está el regalo? -volví a mirar la caja, pensando qué tal vez era alguna broma de mal gusto de mi hermana.
-Justo detrás de ti -contestó mi madre.
Me giré y cuando vi a la persona frente a mi, sentí mi cuerpo paralizarse.
-¡Feliz casi navidad! -grito el castaño y me levante rápidamente del suelo, lanzándome a sus brazos y comenzando a llorar.
-No preciosa, no llores -murmuro él, acariciando mi cabello.
-Te extrañe -le dije, abrazándolo más fuerte.- te quiero Gilbert -.
-También te extrañe... te quiero mucho más, bonita -contesto y me apretó más a él.
Se sentía tan maravilloso estar en sus brazos nuevamente. Sonreí y me separé para mirarlo, percatándome que mis padres y hermana se habían ido, aunque presentía que estaban escuchando detrás de la puerta.
-¿Cómo es que has decido volver? -pregunté, el limpio mis lágrimas.
-Por ti... pensar en ti y lo lejos que estuvimos el uno del otro estos últimos meses, me hizo volver porque te amo y quiero estar junto a ti el resto de nuestras vidas -sonreí grandemente al escuchar sus dulces palabras.
-Es el mejor regalo que me han dado -dije después de un rato.
-El mío también -se rió y me dio un beso.
El resto de la noche solo platicamos de cómo había sido su aventura. Definitivamente esta era la mejor navidad de mi vida.
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•22/12/2021•
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