un boleto de avión

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5 am .

Seokjin nunca estaba despierto tan temprano, le dolía el cuello por la mala posición que había tomado para conducir. Cuando le prometió a su madre que estaría en casa para el desayuno no pensó que tendría que conducir hasta la casa de su infancia, aunque en parte era su culpa. Él había confirmado su asistencia para navidad hace tres meses y espero hasta dos días antes del día prometido a su madre para buscar un boleto de avión.

Era víspera de navidad y por supuesto no había boletos. Lo más rápido era tomar su auto y conducir durante la noche. Él no había vuelto a casa en dos años, dos años habían transcurrido desde que empacó sus maletas y tomó la decisión de mudarse a la ciudad para perseguir sus sueños, dos años en los que solo había recibido una visita de su madre en su cumpleaños y había tenido algunas videollamadas de su padre cuando sentía que las cosas no estaban funcionando, el no escapó de ellos, simplemente él necesitaba encontrar su camino, seguir sus sueños y así lo hizo.

La ciudad a la que regresaba era "un pueblito de gente vieja" cómo lo habían apodado con sus amigos cuando soñaban con escapar a paisajes más desafiantes y brillantes, lugares en donde los demás no juzgaran. en ese entonces todos soñaban con crear su propio hogar lejos de las miradas acusatorias de los mayores que les rodeaban, - un lugar donde nadie sepa quien soy - ese era su sueño de joven, llegar a un lugar en donde nadie supiera quién era, sin historia, sin rumores, solo él haciendo su vida, creando su propio camino.

6:30 am

Seokjin apagó el motor del auto y cerró sus ojos un momento, él había vuelto a casa. Respiró profundamente un par de veces despejando su mente. Finalmente cuando bajó y tomó su maleta de la parte trasera se dio cuenta de que él ya no poseía llaves de aquella casa, quizás las había perdido o las había dejado en su departamento en Seúl, en realidad no recordaba donde las vio por última vez o si incluso las llevó con él cuando se fue. uno, dos segundos y pudo escuchar el característico sonido del timbre retumbar en el interior. uno, dos, tres, (...), ocho minutos tardó su madre en abrir la puerta mientras se envolvía en su bata y abría los brazos para recibirle en un cálido abrazo.

Aquel era su hogar, Él había vuelto. 

'tis the damn season (YoonJin-Jinsu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora