Un código

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      SeokJin había estado aquella mañana con NamJoon y el saber que Yoongi iba cada mañana para especialmente aquel día no haber aparecido le inquietaba demasiado, en verdad quería verle, aunque fuera un segundo, aunque fuera de lejos.

Se levantó de su cama para sacar unos calcetines limpios de su cajón, de su maleta tomó una gorra y caminó hasta la silla del escritorio donde había dejado su abrigo, se calzó todo en calma, debía pensar bien qué es lo que haría. El no podía simplemente ir a saludar a Yoongi, no quería ser inoportuno y mucho menos invasivo, quería que Yoongi quisiera verle.

Con aquel pensamiento bajo las escaleras hasta la puerta principal, se calzó sus zapatos y salió al frío del invierno, si bien aún no tenía un plan definido pensó en caminar hasta la librería que había sido del abuelo de Yoongi, quizás este no se encontraba y podía ver lo que Yoongi había hecho con el lugar desde que el se fue o salir corriendo si este en verdad se encontraba ahí. Ver a todas aquellas personas que en este momento le saludaban le recordaba a días más simples y cálidos, cuando él y Yoongi se encontraban en la escuela y paseaban luego de clases, algunas veces se quedaban en el café del padre de NamJoon estudiando o simplemente pasando el tiempo, el jamas tenia demasiado de la atención de Yoongi y en este momento recorría las mismas calles en las que anteriormente había tomado su mano con delicadeza y amor.

Cuando se encontró fuera de la librería logró divisar a algunas personas comprando en el interior pero Yoongi no se veía por ninguna parte, un alegre muchacho se encontraba en la caja registradora y resolvia algunas dudas de los clientes. SeokJin respiro profundo con ánimos de arse coraje a sí mismo e ingreso al interior del local, las cosas no habían cambiado tanto pero se encontraba un escenario al final de la tienda y el piano de Yoongi junto a este, parecía que ese espacio aún estaba siendo acomodado porque algunas sillas se encontraban apiladas. Las demás cosas estaban como SeokJin las recordaba, los posters y pinturas que el abuelo de Yoongi había pintado seguían en el lugar de honor que Min le dio cuando remodeló la tienda, ahora había más cosas de Yoongi en el lugar empezando por el ligero olor a café y la música suave que no dudo que pertenecia a una creacion de el. Nadie toca como él.

No fue hasta que avanzo algunos pasos más que callo en cuenta que la luz del estudio de Yoongi estaba encendida, podía ver una pequeña línea de luz entre las gruesas cortinas que Min había elegido para el lugar -si es oscuro me concentraré mejor- había dicho este cuando SeokJin le sugirió un color un poco más claro, sin embargo Yoongi salió de la tienda con gruesas cortinas azul oscuro y una sonrisa en su rostro.

Yoongi estaba ahí pero él no podía hablarle y le conocía bastante como para saber que este no saldría del estudio a menos que algo importante pasara, asi que tomo un poco más de tiempo recorriendo los estantes hasta que lo vio, 1Q84 era de esos libros que Yoongi siempre leía y significaba algo importante para ellos, ellos eran dos lunas en el cielo, algo tan raro e improbable que en aquel cielo se volvió real.

SeokJin no dudo en tomar el libro y dirigirse a la caja en donde un feliz y animado chico le atendió, pagó el libro y recibió una bolsa a cambio. En ese momento desde lo más profundo del corazón de SeokJin salió un pequeño párrafo en código, un código que deseaba con todo su ser que Yoongi entendiera.

-Dile por favor a él que recuerde comer mientras está en su estudio, apostaría que no ha podido salir en todo el día, quizás debería empezar a tomar té también la cafeína le podría afectar y se quedará bajito para siempre- dijo seokjin, con un rostro sonriente.

El anteriormente alegre chico de la caja lo miraba con cara extraña de no entender nada en absoluto, seokjin sonrió nuevamente retirándose hacia atrás.

-Dile también que he comprado el libro tres, que quería recordar el reencuentro de Tengo y Ahomame, el lo entendera- y con eso SeokJin salió de la tienda para dirigirse nuevamente a casa.

Quizás, solo quizás Yoongi podía descifrar el código y aceptarlo, solo le quedaba esperar. 

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Nota de autor: Espero que todos estén muy bien, cuídense mucho.

con cariño, Tamaru xoxo. 

'tis the damn season (YoonJin-Jinsu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora