Strangers

Strangers in the night

Archipiélago Belear.
Específicamente en Ibiza, España.

Playa d'en Bossa.
21:57 hrs

Una de las protagonistas de esta historia es una mujer hermosa de ojos aceitunados, cabello largo y castaño que lucía dos mechones rubios en él, labios gruesos y pequeña estatura.

Se trataba de una chica con una vida perfecta para los ojos de extraños.

Una prestigiosa neurocirujana, que era la mejor en su especialidad y amaba su labor como médico. Tenía solicitudes de trabajo en hospitales de todo el mundo, que le ofrecían cuantiosos sueldos para que trabajase con ellos. Pero ella recientemente había firmado un contrato de trabajo con un hospital en Estados Unidos.

Económicamente no le faltaba nada.

Desde pequeña creció rodeada de lujos. El esposo de su madre, y a quien ella consideraba su padre, le dio a ella y a su hermana todo lo que necesitaban y aún más.

Su papá, Stefano Garzón, se encargó de que tuvieran lo mejor. A él, le agradecía su excelente preparación profesional, ya que pudo estudiar Medicina en Oxford, una de las mejores universidades del mundo.

Ella había crecido junto a su familia en Italia, ya que su padre era de ahí. Por lo que siempre se podía distinguir el marcado acento italiano al escucharla hablar.

Su vida no era un campo de rosas.

En su interior guardaba la oscura época en la que luchó con su adicción a las opioides. La recuperación fue un proceso largo y doloroso, que finalmente había vencido.

Pero en el camino, perdió a varias personas.

Amigos, que dejaron de serlo en los momentos difíciles.

Su novia, que la arrastró a lo más bajo, y después desapareció de su vida.

Y su madre...

Pero estaba ahí, dando un paseo por ese territorio playero que le pertenecía al hotel donde se hospedaba.

Caminaba por la arena sintiendo el viento en su rostro. De repente, la imagen que vio ante ella le sacó una inevitable sonrisa.

Dos mujeres tomaban a una niña por sus manos mientras caminaban sonriendo, disfrutando también de la playa. Se veían como una familia muy hermosa.

Rió cuando la pequeña niña y una de sus madres se escaparon a la orilla del mar bajo la mirada regañona de la otra.

La chica se preguntó si algún día viviría eso. Si algún día tendría una familia para disfrutar de la playa juntos.

Quitó esa idea de su mente cuando escuchó música a lo lejos.

Caminó hacia aquel lugar que parecía ser bastante divertido, pensando en que tal vez, encontraría un poco de sexo esa noche.

Realmente lo necesitaba.

-

Dentro de un bar de aquella playa de Ibiza, se encontraba la otra protagonista de la historia.

Una chica alta, de ojos y cabellos castaños, poseedora de un rostro realmente hermoso, que a más de uno en el lugar tenía hipnotizado.

Ella estaba sentada en la barra, tomando tranquilamente un martini.

Con su dedo índice le daba vueltas a la aceituna dentro de aquella copa, mientras analizaba por millonésima vez su vida.

Tenía un trabajo estable en un hospital en Maryland. Su trabajo como urgencióloga le dejaba un sueldo innegablemente bueno, por lo que tenía una vida lo suficientemente buena y cómoda.