Strangers- Capítulo II

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Calle's POV

Camila me miraba tan fijamente que me causaba nervios.

Mis labios se abrieron, pero ninguna palabra salió de ellos. Mi único pensamiento fue, que si ella se dio cuenta, cualquiera pudo haberlo hecho.

-¿Entonces?- insistió Camila.

-¿Entonces qué?- le respondí nerviosa, y comenzó a reír.

-La Dra. Garzón es la "extraña" que te dio el mejor polvo de tu vida.- se burló y rodé los ojos.

-¿Si lo sabes por qué sigues preguntando?- hablé con fastidio- Solo te pido, por favor, que no le digas a nadie.

-No te preocupes. No seré yo quien te saque de tu triste vida de closetera.- se rió a carcajadas y le lancé uno de los bolígrafos que tenía en el bolsillo de mi bata- Que buen gusto tienes, amiga.- alcé una ceja y la miré fijamente, para que entendiera que no me gustó su chiste.- ¿Qué? ¿No has visto su tra...?- hizo gestos con sus manos y la interrumpí enseguida.

-¡Camila! Para ya. Me voy, mi turno terminó hace un rato.

-Adiós.- dijo aún riendo.

Caminé hacia la puerta y antes de abrir me giré de nuevo hacia ella- Y si, he visto su trasero, e incluso lo he tocado. Te agradecería que dejaras de verlo, solo yo puedo hacerlo.- le guiñé un ojo- Además no creo que a tu ojiverde millonaria le guste que estés mirando a otras- y salí de ahí escuchando como comenzó a reír de nuevo.

Quince minutos más tarde llegué al edificio donde vivía junto a mi esposo. El lugar me encantaba. Estaba ubicado en el vecindario de Fell's Point, con una hermosa vista hacia el muelle.

Estacioné el auto, y al entrar saludé al señor que se encargaba de la seguridad del edificio.

-Buenas tardes, Lucas.

-Buenas tardes, doctora.- me sonrió amable- ¿Cómo está todo?

-Todo bien, gracias por preguntar. ¿Qué tal por acá? ¿Algo nuevo?

-Todo perfectamente. Tengo entendido que el otro departamento de su piso fue recién rentado a unas nuevas personas. Llegarán en la noche de hoy.

-Solo espero que no sean escandalosos.- el rió un poco- Que tengas buen día, Lucas.

Luego de despedirme tomé al ascensor hacia mi piso. Al llegar a mi departamento, lancé las llaves al sofá, y luego deje caer mi cuerpo en este.

Sentí la tensión muscular inmediatamente. El cansancio que sentía me estaba matando. Cerré los ojos y comencé a masajear mis sienes.

-¿Estuvo difícil la guardia?- escuché una voz masculina a un lado.

Se trataba de Edward, mi esposo.

-Siempre son difíciles las guardias en Urgencias.- respondí con el agotamiento claro en mi voz.

Sentí como se sentó en el sofá y colocó mis pies encima de su regazo, quitó mis zapatos y comenzó a masajearlos de manera delicada y deliciosa.

-Estoy orgulloso de ti, y que hayas obtenido ese puesto de directora de Urgencias.- lo miré a sus ojos verdes, tan hermosos, y no pude evitar sonreír- Pero siento que es demasiado demandante. ¿Qué fue hoy?

-Un accidente de tráfico.- negó con la cabeza y suspiró.

-Te voy a preparar la tina, para que tomes un baño relajante. La cena ya está lista, así que solo te queda descansar.- se acercó a mí, y me besó dulcemente- Cuando esté listo el baño te aviso. No te duermas.- asentí y se levantó para irse hasta el baño de nuestra habitación.

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