0. Epílogo

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-Bueno ya estamos aquí- dijo Borja.

Auron solo asintió y caminó lentamente al lugar donde descansaba su amada Mónica.

Ya había pasado un año de todo lo acontecido ese domingo y todo parecía mejor. Despues de que se curó la mano hecho a patadas a Luzu para pasarla solo. Durante dos meses se las pasó encerrado en su casa llorando e intentando no romperse otro hueso.
Todas las mañanas Borja le llevaba el desayuno y se lo dejaba en la puerta de su habitación, ordenaba un poco el desastre y se iba a trabajar, sus amigos hacían lo mismo, hubieron noches enteras en las que Rubén Doblas se las pasaba hablándole a la puerta esperando que el castaño responda con sus típicas frases cosa que no pasó.

Al siguiente mes los amigos de Auron ahorraron dinero y cuando ya lo tenían se propusieron a ejecutar su gran plan que consistía en una acción crítica y contratar a un profesional, sinceramente todo fue un desmadre el primer día, unos llegaron tarde y cuando por fin estaban todos ninguno se ponía de acuerdo; ese fue el día más improductivo del plan. Al día siguiente con la llave que tenía Luzu abrieron la entrada principal y tiraron a patadas la puerta de la habitación del castaño, el lugar estaba un desastre habían vidrios por todas partes, la ropa estaba en el suelo y la habitación olía a una mezcla de humedad y comida en descomposición.

-¡Qué les pasa, banda de orangutanes!  ¡¿Qué no les llega sangre al cerebro?!- gritó el psicólogo acostado en su desastre de cama.

El grupo no dijo nada y entre todos sacaron al castaño, ya con luz vieron el aspecto deprorable del hombre, tenía una larga barba grasosa y llena de restos de comida, su cabello estaba de igual manera, sus ojos estaban rojos quizás porque antes estaba llorando y lo más preocupante eran sus muñecas, llenas de cortes.

-Raúl te vamos a ayudar- dijo Samuel.

Ese fue el inicio de un largo proceso de sanación que duró nueve meses, nueve meses en donde todos se turnaron para visitar y cuidar del psicólogo, nueve meses en donde asistió, a regañadientes, a un psicólogo para ayudarlo a sanar, el profesional parecía arto de la situación porque no había ni un día donde Raúl no se quejara de "sus métodos ineficientes" pero a fin de cuentas todo salió bien y hoy, un año después de ese largo periodo de desgracias, Raúl junto a todos sus amigos visitaron la tumba de su esposa.

-Creo que ahora todo está bien, Mónica- el castaño terminó de arreglar las flores que plantaron sobre la tumba y se levantó -Adios querida.

Y esa frase cerró, después de 3 años, las heridas del tan afamado psicólogo.

Psicólogo  [Luzuplay/Loliplay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora