Bienvenida al Swan Grey Memorial

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Regina tragó saliva, la rubia parecía genuinamente sorprendida con su presencia.

-Yo, bueno, pensé que sabías que vendría- La morena estaba confundida.

La rubia se puso de pie de manera abrupta, solo entonces, Regina pudo verla completamente, era más hermosa de lo que recordaba, vestía un vestido de tubo azul marino, encima la bata, su cabello estaba suelto y moldeado, las facciones de su rostro igual de angelicales aunque algo endurecidas.

-¿Por qué sabría que vendrías? Tú, la última persona en el mundo que quisiera ver- Prácticamente gritó.

-Eso dolió- Pensó Mills.

-Bueno, porque envié mi curriculum solicitando la vacante para jefa de pediatría- Tomó aire- Debe haber un error, me llamaron para decirme que habías aceptado entrevistarme- Se pasó las manos por el pelo.

El aire se tornó denso.


PUNTO DE VISTA DE EMMA SWAN

Esto debe ser una puta broma, Regina Mills, la maldita mujer que fue mi primer amor y que me destrozó el corazón, prácticamente dejándome incapacitada para volver a entregarme a alguien, pero no le daré el gusto de ver lo mucho que me jodió su traición.

-Déjame revisar- Dije seca y ella asintió con la cabeza.

En efecto, una de las solicitantes era ella, maldito el momento en que creé el hábito de no revisar nada de los sustentantes antes de la primera entrevista, de haber sabido que solicitó el puesto, habría rechazado entrevistarla, ahora no puedo hacer nada porque parecería que es por algo personal, lo cual ¿Adivinen qué? sería verdad.

-Tome asiento doctora Mills- Presioné el puente mi nariz resignada.

Mi instinto me dijo que la echara, que le gritara que la quiero lejos de mi vida como lo había estado hasta ahora, pero no iba a perder el control, le demostraría que seguí adelante, esa perra sexy llena de sí misma.

-Escucha Emma, si esto te causa algún conflicto, podemos olvidarlo, no quiero perturbar tu vida, es mejor que me vaya- Se puso de pie y se dirigió hacia la puerta.

Perfecto, eso es lo mejor ¿No tendría por qué sentirme mal verdad? Después de todo yo no la estaba echando, es su decisión, nadie podría reprocharme nada ni acusarme de falta de profesionalismo. 

¡Maldición!

-No perturba mi vida doctora Mills, me sorprendí al verla, es todo, no había pensado en usted desde que dejé Maine- Mentí con éxito- No puedo obligarla a quedarse a la entrevista, pero le aseguro que yo no tengo problema con eso- Hice acopio de toda la seguridad que pude.

-¿Estás segura Emma? Comprendería si prefieres que me vaya, de verdad lo siento, por todo- Creo que se refería a lo de hoy y lo del pasado.

-Soy una profesional doctora Mills, un incidente sin importancia que ocurrió en mi adolescencia no va a cambiar eso, así que si está de acuerdo, tome asiento para dar inicio- Vaciló un poco pero tomó asiento- Y le voy a pedir que se dirija a mi como doctora Swan o jefa Swan- Dije con seriedad.

-Por supuesto doctora Swan- Sonrió forzada.

-Bien, me gustan las entrevistas ligeras, sin preguntas de las que sabré las respuestas al revisar los expedientes, así que vamos a lo sustancial, háblame de tu experiencia en el área de pediatría.

-De acuerdo, no hace muchos años que me especialicé, pero he realizado algunos estudios clínicos.

De repente, se puso de pie y comenzó a hablar de los procedimientos que ha realizado en niños con diversas enfermedades, es curioso que hay hábitos que no mueren, se mueve y gesticula cuando explica algo, igual que cuando estábamos en la preparatoria.

NADA SE COMPARA CONTIGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora