Tengo mis razones

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Pasó una semana y nuestras protagonistas se evitaban nuevamente.

Regina había decidido darle a Emma lo que quería, dejarla en paz y solo tener contacto profesional, era lo menos que podía hacer por la mujer, y tal vez era lo mejor para ella misma.

Emma con la culpa por haberse convertido en algo que despreciaba, una tramposa, además de luchar contra los sentimientos de amor y odio por la morena.

Sin embargo, ahora mismo, saldrían de esa rutina relativamente tranquila y solo sería uno de los muchos desacuerdos que vendrían.

-Doctora Mills, es la segunda vez que le ordeno que salga del quirófano, si lo hago una tercera vez, de por sentado su despido- Dijo la jefa con la mandíbula comprimida.

Los movimientos de la morena era rápidos y precisos, la jefa estaba a punto de hablar nuevamente, cuando Mills sacó las manos de la paciente y las levantó en señal de rendición.

-Me voy, Lex, cierra por favor- pidió a la residente que procedió a hacerlo, y salió del lugar con el corazón en la garganta.

-Doctora Grey, quiero verlas a las dos en mi oficina en una hora, cuando termine aquí, avísele a la doctora arrogante Mills- Conminó Swan y salió furiosa.

Cuando la pediatra y su residente atravesaron la puerta de la oficina de la jefa, la encontraron maldiciendo en la pantalla de su portátil.

-Permiso jefa- Habló Mills.

-¿Qué demonios estabas pensando?- Rebotó violentamente el bolígrafo sobre la mesa- ¿a quién se le ocurrió que era buena idea correr al doctor Burke de su propio quirófano y hacerse cargo de su paciente?- vociferó.

-Yo convencí a la doctora Mills de que era mejor para la paciente que se hiciera otro tipo de abordaje en la cirugía- Se envalentonó Grey.

-¿Se te está contagiando la petulancia de la doctora Mills?- Preguntó con desdén- Bien, entonces tú serás quien tomará las consecuencias, estás suspendida por una semana, sin sueldo, cuando regreses estarás bajo supervisión, tu residencia estará condicionada Grey- Declaró la rubia.

-Yo soy la superior de Grey, y fui quien sacó a Burke de su quirófano, hice el procedimiento, así que tomaré el castigo- Dijo Mills y dio un suave apretón a Lex, lo que irritó más a Swan- Y debo dejar en claro, que mi residente tenía razón.

-¿Está diciendo qué la doctora Grey conoce el procedimiento de una afección cardiaca mejor que el titular de cardio?- Preguntó con incredulidad- Esta niña la tiene idiotizada doctora Mills- Se burló, pero Regina no entraría en eso.

-No la afección o la cirugía en sí, si no el abordaje posterior, estamos hablando de una adolescente que quedaría con una desagradable cicatriz, yo podía evitar eso- dijo con denuedo- Me disculpo por la manera, pero no por haberlo hecho, esa chica podrá verse al espejo sin tener que ir a terapia, no quise socavar la autoridad ni la capacidad de Burke, pero mi prioridad era la paciente, no el ego del Dios de cardio- Terminó.

La rubia soltó un bufido poco femenino y se puso de pie.

-No puedo darme el lujo de suspender por una semana a la jefa de pediatría, pero tendrá una amonestación en su expediente y se disculpará con el doctor Burke frente a todos los jefes de área, la doctora Grey trabajará bajo las ordenes de Burke durante el próximo mes a partir de mañana- Sentenció.

Mills se mordió la lengua para rebatir, odiaba sentirse expuesta y la humillación.

-Pero a mí no me interesa cardio, quiero continuar en el servicio de Regina- Desafió Grey.

NADA SE COMPARA CONTIGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora