39. Epílogo

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Tiempo después... 

— ¡VICTORIA! ¡VEN! —la voz de Yoongi resonó como un terremoto, dentro de la estancia principal de la hostería, llamándome.

— ¡Voy! ¿Por qué tanto escándalo? — mientras me acerco lo observo, sentado en el sofá con las piernas cruzadas y su laptop sobre ellas, reproduciendo algo — ¿Qué tanto miras? —pregunto, asomándome por detrás de su cabeza para ver mejor.

— Acércate y deja de preguntar. Eso va a ser mejor.

Yoongi estira sus manos hacia atrás tomando las mías, haciendo que pasen por encima de sus hombros, quedando mi mentón apoyado sobre su cabeza, mientras veo la pantalla de la laptop. En el video que se reproduce, lo que veo es a Jimin buscándome al costado del escenario. Ahí aparezco yo, roja como un tomate mientras él explica quién soy delante de todo el estadio, los periodistas y, por supuesto, el señor Lee. No sólo dejó en claro que esa última canción me pertenecía, también dejó en claro que soy su novia y que ya no había necesidad de esconderme más. "Espero que ARMY esté feliz por mí..." «Qué vergüenza, madre mía», pienso al recordar ese momento, en el que casi todo el estadio festejó la noticia. Digo casi, porque pude oír algún que otro abucheo, pero era de esperarse.

— Yoongi... ¿Justo esa parte el video era la que querías mostrarme?

— No, Victoria, si serás idiota. Mira las reproducciones...

— ¿Casi un billón de reproducciones? Es más probable que sea por la revelación final que por la canción en sí, Suga.

— Pues, Spotify no opina lo mismo que tú — dice, abriendo inmediatamente la app. Mi canción pasa el millón de reproducciones en su versión de estudio.

— No me extraña, hiciste un trabajo maravilloso arreglando esa canción. También hicieron un trabajo maravilloso interpretándola... No sabes cuánto te agradezco haberme dado ese regalo, Yoongi. No me lo merecía.

— ¿Cómo qué no? Si haces feliz a Jimin, te mereces todo. Cualquiera que haga realmente feliz a alguno de nosotros, se merece el cielo por hacerlo.

— Y la que te haga feliz a ti, va a ser el próximo reemplazo de San Pedro — respondo dejando un beso sobre su mollera, sólo para molestarlo.

— Ay, pero que graciosa ella, siempre tan amorosa.

— El muerto se ríe del degollado ¿Eh? Ni que fueras una máquina de repartir amor, Min Yoongi —le doy un último abrazo por detrás, cuando oigo unos pasos apresurados que se acercan. Los conozco perfectamente bien.

— Oigaaaan ¿Qué tanto cariño? —el grito de Yoongi no me atrajo solo a mí, por lo visto. Jimin me toma por la cintura apartándome de los hombros de su amigo, en señal de posesión.

— Ayyy, el señor celoso. No es necesario que hagas escenitas Jiminie, Yoongi se lo merece y tú no puedes decir que no.

— Victoria tiene razón —cortante y sonante, Namjoon también se adentra en la estancia principal —Yoongi se merece cariñitos ¿Verdad, Suga ssi? —inmediatamente después de decir eso, va y le da un beso en la cabeza, junto con unas palmaditas.

— Si serás... —así, de espaldas, sé que Yoongi tiene el ceño fruncido después del "amoroso" gesto de Nam —Deja disfrutar las vacaciones, Namjoon. ¿No tienes alguna cosa rara que leer o algo?

— Si. Las palmas de tus manos, que me dicen que tu futuro está lleno de amargura —su sonrisa socarrona, terminó por provocar a Yoongi. Esto último, le valió a Namjoon un almohadón del sofá impactando de lleno contra su rostro, con bastante furia debo decir.

Amor inesperado/PJM✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora