12.

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La mirada amable de Jimin, se había transformado en total desprecio. No tengo una explicación para lo que está sucediendo en este momento.

Tae tenía razón, finalmente no eras digna de mí— « ¿Qué está pasando?», pensé.

No entiendo de qué hablas ¿Qué te hice para que me trates así?— mi desconcierto es monumental, hasta hace cinco minutos todo estaba bien. 

No lo entiendes ¿Verdad?— mi corazón se acelera como un tren bala, inclusive puedo oír su latir dentro de mi cabeza.

N-No...

¿En realidad creíste que estaba hablando en serio? ¿Qué todo eso que te dije era real? Por favor... Sólo estaba jugando contigo. Mujer tonta, cómo si realmente pudiera fijarme en alguien como tú.

Siento cómo mi respiración se acelera, el aire empieza a ser escaso y no consigo respirar adecuadamente. Un dolor punzante en el pecho hace que me despierte de repente, sudando y jadeando en busca de oxígeno. Las palabras retumban en mi mente, repitiéndose en un eterno eco. Sólo puedo tantear a mí alrededor, en busca del velador que tengo sobre la mesita de noche.

— ¡¡NOONA!! ¿QUE ES LO QUE SUCEDE? —Jimin se acaba de despertar sobresaltado ante mi ataque de ansiedad, generado mientras dormía — ¡¡OYE!! ¡¡¡RESPIRA!!!

De mi boca solo sale un jadeo, todavía estoy confundida entre el sueño y la realidad sin entender en qué dimensión está ocurriendo esto. Las lágrimas brotan de mis ojos sin siquiera hacer esfuerzo. Jimin enciende la luz, para luego posicionarse frente a mí. 

— Noona, mírame, estoy aquí. Respira por favor —su voz se calma de repente. Me toma del rostro para colocar mi mirada alineada a la suya —Es sólo una pesadilla, estas teniendo un ataque de ansiedad.

« ¿Ataque? ¿Estaba soñando?», mi cerebro reacciona ante la voz de Jimin, volviendo a la realidad casi inmediatamente.

— Respira profundo, Noona. Vamos... Puedes hacerlo. Hazlo por mí.

En un grandísimo esfuerzo, consigo tomar una bocanada de aire y mantenerla unos segundos antes de soltarla pesadamente. Está pasando nuevamente.

« 1,2,3,4... 1,2,3,4,5,6,7...1,2,3,4,5,6,7,8», una cuenta interminable para mí en estos momentos. Jimin no me saca los ojos de encima, inspirando y exhalando a mi ritmo, como si quisiera mostrarme cómo se hace.

Unos minutos después, consigo estabilizar mi respiración, aunque las lágrimas siguen fluyendo como una cascada.

— Noona... Shhhh... Ya estás bien. Tranquila...— el abrazo de Jimin llega justo a tiempo. Me sostengo de él fuertemente, temblando como una hoja— Shhhh, cariño. Cálmate...— dice, al tiempo que acaricia mi cabello con dulzura, terminando de calmar mi ansiedad. Jimin es la mejor medicina, mejor que cualquier ansiolítico. Sabe perfectamente cómo tratar esta situación. Mantiene la calma estoicamente, sin perder los papeles en ningún momento.

— J-Jimin... Estás aquí —lo sigo sosteniendo con fuerza, como si tuviera miedo de que se escape.

— Sí, aquí estoy pequeña...

— No me sueltes... por favor... —el tono suplicante de mi voz es desgarrador para él. Lo siento en la agitación de su corazón, que late desbocado junto a mi oído. Ahora es él quien respira profundo, después del susto que se acaba de llevar.

— Déjame ir a buscarte un poco de agua, volveré en un parpadeo. ¿Quieres algo más?

— No, sólo que vuelvas rápido y te quedes conmigo...

Amor inesperado/PJM✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora