15.

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Sigo a Jimin escaleras arriba, observándolo detenidamente. Sus hombros rectos, su cintura, su perfecto trasero. Algún bien en una vida pasada debo haber hecho para merecer esto, no le encuentro ninguna otra explicación. Al menos, no una explicación lógica.

Al llegar al final de la escalera, la visión de la habitación me deja paralizada. Una tenue luz, proveniente de la lámpara de pie que está cerca de la ventana, llena de calidez la habitación. A lo lejos, un iluminado Seúl se asoma entre las colinas. La cama King-size, enfundada en sábanas de seda color marfil, está esperando por nosotros.

Jimin se detiene delante de mí, quedándose de espaldas por unos instantes. Mi corazón va al galope, la presión se empieza a sentir. De repente, se da vuelta a mirarme.

— Noona... Hay algo que debes saber —dice tímidamente, mientras sus mejillas se tienen de un color rosado intenso.

— ¿Qué pasa, cariño? —está extrañamente avergonzado. Esta es una nueva faceta que va más allá de un pequeño sonrojo.

— Pues... Me da un poco de vergüenza confesarlo.

— ¿Acaso no me has dicho mil veces que no tengo que tener vergüenza de ti? Deberías aplicar tu propio consejo... —le sonrío, mientras me acerco a acariciar su rostro con el dorso de mi mano.

— Tienes razón... Noona, la verdad es que no tengo ninguna experiencia en estas cosas —ahora sí que está total y completamente rojo.

« ¿QUE?», pienso. Jamás me hubiera imaginado que toda esa sensualidad que desprende, existiera sólo de la boca para afuera. Cualquiera diría que tiene experiencia de sobra, así que, esta nueva revelación me deja confundida. No entiendo muy bien cómo reaccionar al respecto, pero supongo que la reacción más lógica sería tranquilizarlo.

— No puedo negar que me sorprende oír eso —si lo negara sería, obviamente, una mentira  — Pero, cariño, no deberías preocuparte. Realmente no tiene importancia.

Este es el momento en el que me siento obligada a dejar de lado todas mis inseguridades, uno de los dos tiene que actuar como que sabe lo que hace y me corresponde ser su guía. De repente, un instinto primordial se despierta dentro de mí. Lo único que tengo que lograr, es hacerle notar que no es un trofeo ni un objeto para mí. Si este hombre me eligió, lo mínimo que puedo hacer es estar a la altura  para dejarle un recuerdo memorable. 

— Gracias por decir eso, me deja más tranquilo. Pensé que quizás, no querrías seguir adelante cuando lo supieras —suelta un suspiro de alivio, como si realmente creyera que iba a retroceder ante esta nueva información. 

« Ni en un millón de años », pensé.

No hacen falta más palabras. Las acciones hablan más fuerte que cualquier cosa que pueda decirle. Finalmente me acerco a él para abrazarlo, quiero que sienta mi calor contra su cuerpo. Al levantar mi mirada hacia su rostro, no puedo más que admirar sus facciones perfectas y angulosas. Sus labios son una invitación constante al pecado, esta vez me voy a ir al infierno junto a él.

Nos besamos, delicadamente, dejando que la chispa que se había encendido en la sala, continúe creciendo dentro de la habitación. Jimin se aleja de mí, sólo unos centímetros, para mirarme. Toma su camiseta por debajo, comenzando a sacársela lentamente. Sigo con atención el camino de su ropa al salir, su abdomen marcado y firme, su pecho, su clavícula perfectamente delineada; su cuello largo y fino, seguido por ese rostro angelical que me atrapó el primer día que puse mis ojos en él.

Luego se vuelve a acercar a mí, para quitar mi camiseta, dejando mi sostén negro y el jean que me cubre hasta la cintura, al descubierto. Mi largo y enrulado cabello, me hace cosquillas en la espalda. 

Amor inesperado/PJM✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora