𝐓𝐇𝐄 𝐏𝐔𝐑𝐆𝐄 𝐎𝐅 𝐃𝐄𝐀𝐓𝐇 || J.JK

✝ 1 5┆ 𝙻𝚊 𝚖𝚊𝚗𝚜𝚒𝚘𝚗 𝚍𝚎 𝚕𝚘𝚜 𝙲𝚑𝚘𝚒

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── Hey, osito.

Esa voz.

Esa voz dulce pero profunda y tan cálidamente familiar, hizo que mi corazón diera un salto de alegría e incredulidad.

── ¿Osito? ¿Estás bien?

Ahí estaba otra vez, ¿Acaso estaba delirando? ¿Por qué estaba oyendo la voz de mi hermano?

Miré a mi alrededor, abriendo los ojos de par en par al notar que no estaba en el centro comercial abarrotado de zombies.

Estaba en mi habitación.

Sentada en el piso con muchos libros y lápices esparcidos.

¿Qué hago... Aquí?

¿Dónde están los Jung?

── ¿SooMin? ¿Por qué no respondes? ── fue cuando la puerta de mi habitación se abrió y mi hermano asomó su cabeza con el ceño fruncido. Cuando me miró, relajó su expresión y sonrió ── Perdón ¿Estabas muy ocupada? ── preguntó mirando los libros y hojas esparcidos por el piso.

Miré lo mismo que él. Si, al parecer eso estaba haciendo.

Pero...

¿Qué hago aquí?

Parpadeé un par de veces, incrédula. ¿Todo había sido un sueño? ¿Y los zombies? ¿El apocalipsis? ¿Los bandidos? ¿Todo fue producto de mi imaginación?

── Hey, ¿Estás bien? ── Taehyung pareció preocupado, tal vez por mi evidente trance y no tardó en entrar a mi habitación para acercarse a mí.

Lo miré. Sin duda alguna, ese era mi hermano.

── T-Tae ── reaccioné de golpe, lanzándome a sus brazos y siendo cálidamente recibida.

Lo abracé muy fuerte, sintiendo las lágrimas acumularse en mis ojos, el nudo en mi garganta avisándome del próximo sollozo que amenazaba con escapar de mis labios. Él comenzó a darme caricias.

── ¿Qué pasa osito? ¿Todo bien? ── preguntó notablemente preocupado ── dime que no tengo que golpear a algún imbécil que esté molestándote de nuevo.

Me ahogue con mis propias lágrimas. Sentí su peculiar perfume, ese que usaba siempre que iba a la comisaría para atrapar víctimas inocentes que caen ante sus encantos. Quería decirle tantas cosas pero estaba tan conmocionada como asustada de que esto sólo sea una mala jugada de mi mente.

Pero no podía ser... Él enserio estaba aquí.

── Te extrañé muchísimo, p-pensé que no volvería a verte... Que no lograría llegar para volver a verte ── logré decir entre lágrimas sin dejar de abrazarlo con fuerza. Entonces lloré, lloré y no sabia si de alegría por tenerlo a mi lado o por miedo a volver a perderlo.

Entonces escuché su pecho resonar ante una risa ronca ── De qué hablas, osito. Siempre he estado contigo... Y- ¿A dónde fuiste? ¿A Narnia?

Él me separó para poder verme, y yo sonreí limpiando mis lágrimas.

── Deja de ver películas cuando tienes un examen importante en unos días ── negó divertido ── pero antes... Venía a decirte que papá nos llama para cenar, así que no tardes, debes comer bien.