𝐓𝐇𝐄 𝐏𝐔𝐑𝐆𝐄 𝐎𝐅 𝐃𝐄𝐀𝐓𝐇 || J.JK

✝ 0 9┆ 𝚅𝚒𝚊𝚓𝚎𝚛𝚘𝚜

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El sol comenzaba a salir del horizonte avisando que el segundo día en aquel nuevo mundo apocalíptico se hacía presente. Observé a varios zombies caminar de un lado al otro en la abandonada ciudad de Seúl y yo queriendo pasar desapercibida preferí tomar un camino menos transitado.

Pero era inútil.

En todas partes habían zombies.

Tenía mucho sueño, puesto a que ya llevaba dos días sin dormir, el cansancio poniendo mi cuerpo tan pesado que no podía correr para evitar que el zombie más cercano me notara.

Debía encontrar un refugio para poder dormir un rato.

Seguí caminando un poco más, observando que había llegado a la carretera que llevaba fuera de Seúl. Tan solitaria y vacía; haciéndome preguntar qué habría más allá.

Observé un banco que antes servía como parada para el bus, y me dirigí hacía allí sintiéndome realmente agotada. Caí en el asiento de madera, soltando un pesado suspiro, para sentir como mis ojos querían cerrarse sin mi permiso.

Hasta que escuché unos gruñidos detrás de mí.

Me giré rápidamente dejando mi mochila en el banco, observando un grupo de zombies dirigirse hacía a mí. Salían de una iglesia que tenía las puertas abiertas. Y nada me dio más escalofríos que aquella imagen.

Muertos vivientes saliendo de una iglesia. Que irónico y escalofriante.

Saqué mis armas con silenciadores y subí al banco para comenzar a dispararles a cada uno en la cabeza. Pero seguían saliendo más y más, y me pregunté cuántos habían.

No debía seguir gastando mis municiones, por lo que tomé mi mochila colgándola en mi hombro para después echarme a correr tan lejos como pudiera de aquellos zombies.

Pero, ¿A quien engañaba? Mi agotamiento era tanto que no podía correr tan rápido como quería, teniendo a los zombies muy cerca de mí.

El sol comenzaba a salir cada vez más, y podía notar que sería el mismo sol infernal que el del día anterior.

Debía perder a estos caminantes antes de que yo, ya no pudiera caminar. Una pequeña broma que ni gracia me hacía.

Observé a lo lejos una gasolinera y me apresuré a correr por las calles con la intención de llegar allí, notando además que comenzaba a llamar la atención de más zombies.

No puede ser...

Y caí con brusquedad al suelo, cuando sentí que mis piernas ya no daban más, debido a lo rápido que quería correr, cayendo a la carretera y raspando mis manos al haber caído sobre estas, al mismo tiempo en que soltaba mis armas.

Solté un quejido de dolor, pero no tardé en estirarme para poder recoger aunque sea una de mis armas.

Entonces en ese preciso momento sentí una mano en mi pié al tiempo en que tomaba mi arma. Me giré rápidamente apuntando a la cabeza del zombie y disparando para desprenderme de su agarre, mientras que con mi otra mano buscaba a tientas mi otra arma.

Pero mi mano chocó con la pierna de otro zombie. Solté un grito de sorpresa al ver a aquel zombie parado a un lado de mi cabeza y al ver su intención de lanzarse sobre mí rodé mi cuerpo hacía a un lado. Me levanté lo más rápido que pude disparando a los zombies que más cerca se hallaban de mí.