𝐓𝐇𝐄 𝐏𝐔𝐑𝐆𝐄 𝐎𝐅 𝐃𝐄𝐀𝐓𝐇 || J.JK

✝ 1 1┆ 𝙻𝚊 𝙿𝚞𝚛𝚐𝚎

Día 03

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Sentí unos jalones en mi hombro que me hicieron sobresaltar. Tardé sólo unos segundos en recordar en dónde estaba, y con quiénes. Después de haberme encontrado con la familia Jung y observar que ya habíamos llegado a la carretera capital comenzando el viaje, me había quedado dormida.

Hasta ahora.

Todo estaba en completa oscuridad, si no fuera por el intenso tono rojo del cielo. Parpadeé un par de veces y la distorsión de voces a mi alrededor se enfocó en las personas a mi lado.

Hoseok parecía aterrado y a su lado su hermana sollozaba en silencio, haciendo que todas mis alertas me hicieran despertar de inmediato, al darme cuenta que en los asientos delanteros ya no se encontraban el señor ni la señora Jung.

── ¿Hoseok? ¿Qué ha pasado? ¿Dónde está...

Hoseok se giró hacia a mí y rápidamente me tapó la boca con suavidad con una de sus manos, haciendo señas con su dedo de que guardara silencio. Señaló con su cabeza hacia afuera y rápidamente me reincorporé un poco para ver a través de la ventana lo que estaba ocurriendo.

Habían dos camionetas estacionadas frente al auto, con las luces encendidas en nuestra dirección. Habían varias siluetas que sobresalían de esas camionetas.

Siluetas de varias personas armadas.

── ¿Dónde están la señora y el señor Jung? ── pregunté en un susurro.

── No lo sabemos ── contestó Hoseok con temor.

Debía poder hacer algo...

Pero antes de poder pensar en cualquier cosa o de si quiera analizar la situación en la que nos encontrábamos, alguien abrió la puerta que estaba del lado de Ji Woo haciendo que esta se sobresaltara.

Pero después pudimos ver quién era cuando se inclinó hacia nosotros.

── ¡Mamá! ¿Estás bien? ── exclamó Ji woo, abrazando a su madre quien se asomó hacía el auto con un rostro de preocupación que no me pasó desapercibido.

── Tienen que salir ahora, sin sacar nada... Esas personas pueden matarnos si damos un paso en falso ── susurró, su voz temblando levemente.

── ¿Dónde está papá? ── la pregunta de Hoseok no fue contestada, pues su madre volvió a alejarse.

Tragué duro al ver como ahora las siluetas de las personas armadas se bajaban de las camionetas para rodear el auto, apuntándonos.

── Hay que salir, ahora ── dije mirando a los hermanos Jung, quienes asintieron notablemente horrorizados.

No quería que ninguno de los Jung saliera herido. Eran buenas personas que no se merecían este trato.

Con mucho, mucho pesar me deshice de mi mochila y mis armas dejándolas en el asiento. Qué dolor tener que dejar esas útiles armas allí para aquellos bandidos.

Al observar como Ji Woo y Hoseok comenzaron a salir por aquel lado del auto, también me apresuré a salir con las manos en alto en señal de rendición ante todos los bandidos armados que nos apuntaban.