Part. 2

356 32 1
                                    

Para mi desafortunada propuesta, Glorfindel, en conjunto con sus hermosas palabras, llevaba consigo un anillo de compromiso. Un anillo, sin duda, hermoso y brillante: con adornos diminutos y montón de joyas que brillaban a la luz crepuscular del anochecer.

—¿Entonces, que dices? —me instó con una sonrisa fulminante.
—Glorfindel. En verdad agradezco tu propuesta y tu esfuerzo —trate de decirle.
Pero sus insistencias ya empezaban a sospechar de un "No" como repuesta.
-Se que es muy pronto y repentino. Pero para un hombre de mi edad, considero que el tiempo que llevo contigo es más que suficiente para darme cuenta que te amo -su voz aterciopelada soltó un suspiró.

—Glorfindel. Lo que pasa es que... Yo no puedo. No puede casarme contigo —aclare finalmente con algo más de valor—. Eres mi mejor amigo. Pero no puedo amarte de otra forma, no de la forma que tú me pides —baje la mirada. Decirle aquello a Glorfindel fue como una cuchillada al corazón.
A pesar de no poder amarlo, no quería lastimar de aquel chico, que ahora, me miraba con suma tristeza e incluso con molestia.
—¿No me amas? —pregunto con aire rendido.
—No... —respondí—. No como quisieras que te ame -suspire en busca de una solución. Trataba de comportarme lo más amable posible.
—¿Por qué? ¿Que hace falta para poder ganar tu afecto? —su pregunta se volvió hostil y desesperada.
Sus manos seguían sobre las mías, solo que está vez, en lugar de sentirse frías y agradables, ahora sentí furia y un calor inexplicable que expresaba su decepción.
—Ya lo tienes. Cómo dije, eres mi mejor amigo. Pero desgraciadamente solo puedo verte de ese modo, Glorfindel. Y en verdad lo lamento —aclare cabizbaja.
—¡No! —respondió enseguida—. Tu no puedes rechazarme... Tu no __(t/n) —sus manos apretaban las mías con furia y fuerza.
La tristeza había nublado el juicio del elfo frente a mí, por lo que parecía.
—¡Glorfindel! —dije al sentir un dolor más fuerte en mi cuerpo.
—Por favor. No me lastimes de este modo —su rostro, fúrico y entristecido, avanzo al paso del viento y con movimiento veloz intento robarme un beso que logré esquivar.
Acorralada, trate de separarme de él. Pero liberarme ante su hostilidad resultó de mayor dificultad.

Estaba sola, y totalmente adolorida.
—¡Suéltame! ¡Glorfindel! —ordené intentando sacar mi mano de su agarre.
En lugar de eso, otro golpe impacto sobre mi desde mi costado.
Una mancha negra y veloz se reflejo en mis ojos llorosos.
—¡No la vuelvas a tocar! —rugió una voz grave y profunda.
—¿Quien eres tu? ¡Está era una conferencia... Privada! —sentencio Glorfindel, haciendo total énfasis en "privada".
—No me interesa. Ella te dijo que No —Thorin apareció de la nada, fúrico. Se puso frente mi, con su espalda cubriendo mi cuerpo de aquel elfo que parecía echar fuego.
—¡Vete de aquí, maldito enano! ¡No me obligues a quitarte del camino! —amenazo Glorfindel con una sonrisa intimidante
—Tu no me instes a tirarte esos bonitos dientes —su voz tajante y gélida, sirvieron solo para enfurecer más al elfo que me fulminó con la mirada.
—¡Muevete! —ordenó dando un paso hacia Thorin.

—¡No! —expuse desde mi estancia y me puse frente a Thorin. Glorfindel no lastimaría a ese enano mientras yo esté aquí.
—¡__(t/n)! —dijo Glorfindel, quién volvió a mirar a Thorin con odio.
—Vete, por favor —suplique con lágrimas en los ojos.
Verlo de ese modo me rompió el corazón. Glorfindel, a pesar de ser un elfo y tener ese odio característicos por la raza enana, nunca se había atrevido a ofender a uno de ellos, no hasta ahora.
—Tienes mucha suerte, enano. Agradece que ella esté aquí, o ya estarías muerto —dijo y limpio su nariz con la manga de su ropa.
—No le agradezcas. De ser así, ya tendrías mi hacha sobre tu cuello —.

Detuve la pelea entre ambos chicos y finalmente Glorfindel abandono la habitación, no sin antes mirarme por última vez.

Al irse, volví a suspirar, limpie mis lágrimas y me recargue en el barandal del balcón a mi derecha.

MY SHIELD: Thorin Oakenshield Fanfic.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora