Capítulo XV: Así soy yo.

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"No me involucro en la pareja
y así no sufro cuando me dejan
A nadie quise jamás en serio
y entonces nunca lloro en los entierros
No pasa nada si no me muevo,
por eso todo me chupa un huevo"

El transcurrir de los días no fue muy gratificante para algunos, sobre todo aquel miércoles donde la profesora de Química, la no tan querida por los estudiantes Carolina Cruz, entregaba los exámenes ya revisados del día anterior. Había gente haciéndose la graciosa diciendo que la señora cada vez que entregaba un examen a los adolescentes se escuchaba de fondo el chirriante violín de la película de Psicosis... y por la expresión de Ezequiel supo que tan fuera de la realidad no estaba.

-Chamo, ¿Cómo que raspaste con seis? -Irene se asomó por sobre el hombro de su amigo para ver la prueba.

En un arrebato de enojo el joven arrugó el papel hasta hacerlo bola, sin ganas lo tiró en su propia mochila y salió del salón sin dirigirle la palabra a nadie. La docente le miró con indiferencia y no se molestó en detenerlo, mejor que hiciera su berrinche afuera.

-A este paso le va a quedar la materia -murmuró Irene, preocupada.

Su amigo no era un erudito en las clases, era lo normal que reprobara algunos exámenes, pero nunca al nivel de tener el riesgo de reprobar una materia. Tenía que hacer algo para ayudarlo, se acomodó en su asiento para mirar a su otro amigo, quien estaba sentado detrás de ella.

-Santi, ¿Sería mucha molestia pedirte que ayudes a Eze con las materias?

El chico suspiró con pesadez, sí, sería mucha molestia tanto para su amigo como para él mismo.

-No me siento en condiciones de apoyar a nadie.

-¿Qué pasa entre ustedes? Eze no me quiere decir nada, se lo ha estado guardando todo para sí mismo, ¿Me podrías decir tú?

Santiago dudó, ahora que lo pensaba, no recordaba haberse abierto emocionalmente con su amiga Irene y urgió la necesidad de hacerlo.

-Ezequiel gusta de mí... y no sé si él me gusta. No lo quiero lastimar y aun así no dejo de hacerlo, no sé cómo actuar, Irene, estoy muy confundido -masajeó su frente con los dedos cuando percibió un naciente dolor.

-¿Cómo qué no sabes si te gusta? -Parpadeó varias veces sin creerlo- Escúchame, no es que le quiera hacer de casamentera, pero vamos, saber cuando alguien te gusta no es muy complicado.

-Pues a mí me está costando un mundo hacerlo, Irene -frunció las gruesas cejas- De verdad, no lo entiendo.

La joven Jaramillo se quedó un rato pensativa, la pregunta indicada llegó en el momento exacto.

-¿Es que no te sientes preparado para una relación?

El muchacho se quedó en completo silencio preguntándose si era ese el problema. En efecto, no se sentía preparado para una relación, sus traumas con Benito salieron a flote y entendió la negativa hacía sus propios sentimientos desde el principio, supo que tenía que hablarlo con alguno de sus padres para que lo guiaran, porque él ya estaba bastante perdido.

-Perdón por interrumpir -Lucas se paró frente a ellos- ¿Pero alguno de ustedes sabe por qué Rafa no está aquí?

-Me dijo que le dolía la cabeza y decidió quedarse en casa -respondió Santi, sin ánimos de seguir hablando.

-Y justo a ti te lo dijo. Qué maravilla -murmuró con resquemor.

Peralta no entendió su hostilidad, más pronto que tarde identificó que estaba celoso, ¿Pero de qué? ¿De qué Rafaela le comentara su malestar a él y no a su novio? Ah, espera, ya entendió la cosa. Entonces surgía otra pregunta, ¿Por qué sólo le avisó a él? A veces era como a Rafaela le entretenía hacer sentir mal a Tamayo.

Lo malo de ser bueno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora