3. Familia

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Con el pasar del tiempo, el esperar se volvía mas una tortura, los segundos se convertían en pesadas horas y el anuncio de una próxima tormenta en el cielo oscuro lo hacia temblar en su lugar, incluso, orillando a su cabeza a pensar en un buen plan de escape a tan desagradable situación.

¿Y si decía que le había surgido otro compromiso?, tal vez fingir que nunca llego, o que los gritos de su padre lo obligaron a volver a casa, ¿Qué tan factible era una excusa así para con sus hermanos?. No tuvo ni que imaginarlo, por que lo que para el fueron casi tres horas, en realidad resultaron un poco menos de cuarenta y tantos minutos.

Pues, como si se tratase de un milagro, iluminado por rayos de sol a la par que un coro angelical suena de fondo, un taxi del aeropuerto dio la vuelta en la esquina mas cercana, solo para después estacionarse justo frente a esa provincia, que para cuando el automóvil se detuvo, ya tenia la cara de gratitud mas grande que podía, con lagrimas y toda la cosa.

Después de pagar y agradecer el viaje, el país norteño apareció bajando del vehículo, con un traje negro un tanto desarreglado y un morral de tintes violetas que para nada iba acordé a su apariencia de empresario, político o burócrata.

¿Pues que más se esperaba? Lo llamaron de repente, en la mañana México hacía papeleos que enviaría al gringo, y justo antes del medio día, mensajes insistentes de su vecino sureño le pedían, no, le exigían que hiciera acto de presencia en su patria, sin ninguna explicación, sin necesidad o justificación.

-Petén... -dijo el mexicano colgándose la pequeña mochila en uno de sus hombros, la provincia mencionada se tallo con el brazo izquierdo los ojos secando sus lágrimas diminutas, luego sorbió su nariz y en un arranque de emoción lo único que hizo fue aferrarse al torso del extranjero en un abrazo necesitado que tomo por sorpresa a ambos. México vio como ese pequeño estado lo abrazaba, levantó una ceja y luego sonrió un poco dando pequeñas palmaditas en la cabeza del menor en altura -Huerco, ya hablamos de esto, no te llevaré conmigo...

Ante esa pronunciación los sentidos de Petén volvieron, abrió grande los ojos por la sorpresa de sus acciones, y en un salto se separó de los brazos ajenos.

-N-no, México, disculpe... Solo que... Soy muy emocional y necesitaba apoyo, me alegra que por fin haya llegado. Por muy extraño que parezca, no nos enseñaron a actuar en estás situaciones... Y más extraño aún, esto jamás ocurre. -comenzó a explicar el menor chapín bajando ligeramente la mirada roja de vergüenza -Tengo entendido que mi padre ya lo llamó, y está bien, digo no es por ofender pero creo que usted está más acostumbrado a estas situaciones...

-¿"Estás situaciones"?- pregunto confuso el país a lo que la provincia asintió cómo si fuera lo más obvio del mundo comenzando a buscar entre sus bolsillos -Espera Petén, yo no sé por qué me llamo Guatemala, no me explico nada, solo me pedía que viniera con urgencia, ¿Paso algo?

-¿Cómo?- con esa pregunta la provincia termino de buscar y miro extrañado al mexicano -Es muy extraño, mi padre siempre suele ser muy directo cuando habla, pero bueno se lo diré... Desde esta madrugada se han presentado diversos y contantes ataques de corrupción hacia mi nación, vine aquí a la capital, para cuidar de Guatemala pero desde hace unas horas no para de agredir, algo poco usual, hace menos de una hora -miro a su reloj para confirmar lo que decía -... Hace menos de una hora, trato de arrojarme una maceta a la cabeza mientras me gritaba que saliera de su casa -y ambos, país y estado, miraron hacia la enorme casa que detrás de Petén se alzaba, completamente oscura por tener las luces apagas, silenciosa a más no poder y tan fría que erizaba la piel -Yo ya no puedo volver ahí, al menos hasta que pase la corrupción -entrego lo que había buscado al mexicano, una llave plateada, la que le daba acceso ala vivienda -Solo le voy a pedir que sea tolerante y cuidadoso con mi país, como dije es muy inusual que pase por estás cosas... Seguramente está asustado...

G U A T E X I C O     W E E K || CountryhumansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora