Lunes a.m.
Los pocos o muchos que miraban pasar al pelinegro de ojos azules dirían que, como siempre, se dirigía a su aula con la misma tranquilidad y expresión neutra de la semana pasada, ayer, hoy y quizás mañana. Pobres ingenuos.
¿Cuántos desastres podía ocultar bajo su calmada mirada? Entre más tiempo pasaba, más le sorprendía la respuesta. Bajaba la mirada para no toparse con otros, se repetía mentalmente como caminar con normalidad mientras apretaba la envoltura en su mano. Todo parecía ir bien, lograría llegar a su lugar sin ningún problema.
- ¡Tomioka-san! ¡Tomioka-san! - grito acercándose al mencionado. Giyuu mordió ligeramente su labio inferior antes de voltear, parece que si habrá problemas.
- ¿Qué pasa Mitsuri?
- ¡Buenos días Tomioka-san! Es un alivio que hoy si me hicieras caso, comencé a creer que ya no querías verme.
- Lo siento - se disculpo confundido - ¿Necesitabas algo?
- Sí - le regalo una amplia sonrisa. Giyuu le devolvió el gesto mentalmente - Quería pedirte ayuda con algunos temas de historia. Eran de examen.
- ¿A mí? - desvió la mirada apenado - No lo sabía, perdón.
- No te preocupes, Rengoku-san me ayudo durante el fin de semana - hizo un ademan con la mano - ¿Crees que Iguro-san acepte ayudarme en ciencias?
- Lo hará sin duda.
- Bueno, iré a ver - levanto la mano y la sacudió corriendo en dirección contraria - ¡Nos vemos Tomioka-san! ¡Buena suerte en los exámenes!
- Igualmente.
- Bastardo - murmuro en su espalda. Aunque se veía indiferente, a Giyuu casi se le sale el corazón.
- Obanai - se giro a verlo.
- No seas estúpido, aléjate de Kanroji - le asesino con la mirada, el contrario ni se inmuto.
-... Lo intentare - logro decir sin tartamudear.
- Mas te vale - la blanca serpiente se asomo desde la holgada sudadera de su dueño y le dedico algún discreto tipo de saludo, una vez Kaburamaru se volviera a ocultar Iguro retomo su caminar.
- Obanai - lo detuvo a unos pasos.
- ¿Qué quieres? - se volteo irritado.
- Mitsuri necesita ayuda con ciencias. Se preguntaba si tu podías ayudarla - lo miro con intriga.
- ¡¿Por qué no me lo dijiste antes?! - corrió en la misma dirección que la chica para tener "un encuentro casual".
"Porque antes no lo sabía" - le respondió en la mente y volvió a su camino.
Al cruzar la puerta y mirar la cantidad de personas que ya se encontraban adentro, una casi invisible mueca se apodero de su rostro. No pudo llegar a tiempo. Suspiro resignado y se acomodo en su asiento.
- Hola Giyuu - le saludo sonriente, su vista se clavo en el paquete que sostenía su amigo - ¿Qué traes ahí?
- Era para ti - le extendió el paquete sin mirarlo.
- ¿Era? - sonrió burlón.
- Solo tómalo - le miro un poco molesto - ... Aunque... Si no lo quieres...
- Gracias Giyuu - le interrumpió, sin darle tiempo a guardarlo lo tomo y lo abrió encontrándose con varias galletas - ¿Es una nueva receta? - le pregunto probándolas. El contrarío asintió con la cabeza.
- Las hice con Shinobu - La galleta en la mano de Sabito se quebró y la mitad termino en el suelo, ambos miraron el trozo caer y posarse junto los pies del pelinegro.
- Ya veo - se agacho a recoger y limpiar las migajas. Giyuu aprovecho para ocultar su rostro y liberar un poco de su nerviosismo. Al terminar, volvieron a su postura inicial y Sabito continuo - Cocinaron juntos.
- Si... algo así - fijo su vista en la ventana.
Al no ver nada interesante, su vista volvió a Sabito, lo miraba comerse las galletas con tanta tranquilidad y ternura que comenzó a reprimir sus ganas de grabarlo.
La mirada de Giyuu lo hizo mirarlo, noto como mantenía los ojos fijos en la galleta que sostenía con la boca, sin pensarlo mucho la partió con la boca y le acero el pedazo restante, su acompañante se quedo confundido.
- ¿Quieres? - pregunto con normalidad. A medida que Giyuu procesaba la situación sus mejillas tomaban un color rojizo. ¡Tomioka quería usar una bendita cámara ahora mismo!
Tomo algo de aire, se inclino hacia la mano de su mejor amigo y mordió el pedazo de galleta que le ofrecían.
- Gracias... - oculto sus labios tras la mano, y como si de la nada algo interesante pasara, miro a la ventana.
-... D-de nada.
°°°
- Entonces Urokodaki-san te golpeo por eso - caminaba al árbol de siempre junto a su amigo.
- Sí.
- Oh entiendo... - se cubrió la boca conteniendo la risa.
- ¿Te estás riendo de mi? - le pregunto amenazador.
Llegaron a la sombra del viejo árbol y se sentaron en el césped.
- ¿Por qué dices eso? - respiro hondo.
- Escúpelo ya Giyuu.
No tardo mucho para que las carcajadas del chico resonaran en sus oídos.
- L-lo siento... De...de verdad - abrazo su estomago - P-perdón - trato de calmarse, pero le resultaba imposible.
- Me iré - amenazo fingiendo enojo.
- ¡No! - entre risas se abrazo de su brazo para evitar que se fuera. La diversión del momento le impedía darse cuenta de sus acciones - Lo...siento... Dejare de...reírme - sus palabras parecían estar lejos de cumplirse.
- bien... - oculto su sonrojo con el brazo restante.
Pasaron los minutos y Giyuu aun reía, aunque no con la misma intensidad. Finalmente logro calmarse, soltó las ultimas y débiles carcajadas en un suspiro.
- ¿Ya terminaste?
- Creo que sí - la mirada que Sabito le dio por su respuesta lo obligo a ahogar otra risa.
- Estoy a nada de irme.
- Vamos Sabito, no exageres.
- ¿Me estás diciendo exagerado? - Lo miro ofendido - ¿Te burlas de mí y me llamas exagerado, enserio?
- Ya me disculpe - se defendió. Al no recibir ningún tipo de respuesta, recargo su barbilla en el hombro ajeno, sosteniéndole la mirada y aun sin darse cuenta que seguía abrazado a él.
Sabito quedo atrapado en sus profundos ojos azules. Por escasos milisegundos, pudo sentir el aliento de un suspiro que Giyuu dejo salir sobre sus labios, eso fue suficiente para quedar fuera de control y besarlo. Lástima que su suerte se había acabado.
- ¡Aquí están par de inútiles! - Les grito molesto -Los estuvimos buscando por toda la maldita escuela - era obvio que exageraba.
- Hola Sanemi - saludo apartándose más del pelinegro, sus ganas de seguir con su acto interrumpido lo asustaron más que el grito del albino.
Kyojuro caminaba tras los pasos de Shinazugawa con los brazos cruzados, y la expresión que siempre portaba. El extraño comportamiento de sus dos amigos lo intrigo ¿Acaso se perdieron de algo?
- Iguro y Kanroji no vendrán - notifico Sanemi sentándose - Solo seremos nosotros cuatro.
Sabito: 2
Shinobu: 2
Makomo: 2
Giyuu: 1
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Conquistando Corazones
FanfictionA Shinobu le gusta Giyuu, y Sabito lo sabe. A Makomo le gusta Sabito, y Giyuu lo sabe. Pero aceptarlo no les resulta tan fácil y ninguno aceptara la derrota de su amor sin haber peleado antes. Derechos a sus respectivos autores. Historia completamen...