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Viernes

Con ligera esperanza recorrió toda la cafetería con la vista, observo cada uno de los rostros, pero ninguno era el que buscaba. Suspiro frustrado y se recargo en la mesa, ocultando su cara entre sus brazos.

- ¿Todo bien amigo? – interrogo Kyojuro notoriamente preocupado.

- Sí - respondió con desgano, en un tono que escucharon con dificultad.

- ¿Seguro? – insistió.

- No – respondió de la misma forma.

- ¿Qué pasa? – esta vez hablo Mitsuri.

- Por alguna razón Giyuu me odia – dijo sin ánimo.

- ¡¿Por qué dices eso?! – alarmada, se inclino hacia él.

- Últimamente me ha estado evitando – Hizo una corta pausa encogiéndose – Ya ni me mira.

- ¿Por eso estas tan mal? – cuestiono Kyojuro, sinceramente le parecía exagerado.

- ¿Crees que exagero? – elevo la vista.

- No... - dejo de mirarlo por unos rápidos segundos – Bueno, tal vez.

- No lo hago, Giyuu es la razón por la que sonrió – se perdió por un momento en sus pensamientos – Al menos desde que lo conocí.

- No entiendo la razón de tanta importancia – Pensó en voz alta.

- Tampoco busco que lo hagas – dijo en un tono cortante, estaba muy desganado para enojarse con su rubio amigo.

- ¡Eres muy romántico Sabito! – intervino emocionada, se levanto de su lugar y se sentó al lado del chico – Yo creo firmemente que Tomioka-san te ama.

- ¿De verdad? – la miro esperanzado.

- ¡Sí! Eres su mejor amigo desde que los conocemos ¿Cómo podría no amarte? – sonrió con obviedad.

-... Gracias – volvió a su posición inicial. Solo quería volver a casa y encerrarse en su habitación - Tal vez necesite un tiempo a solas – susurro.

- No lo creo... A menos que lo digas porque se sentía agobiado por ti, entonces tal vez tenga mejor sentido – llevo una mano bajo sus labios – Debe ser eso... en estos días hemos ido a caminar después de clases, incluso lo he visto platicar con un chico cuya identidad desconozco.

Kyojuro logro escuchar lo que le pareció un sollozo por parte del mayor y un murmullo que no pudo entender, miro a Mitsuri suplicando mentalmente que se callara. Kanroji se dio cuenta gracias a su penetrante mirada.

- Ya verás como las cosas mejoran – sonrió nerviosa mientras acariciaba su espalda. Rengoku suspiro y se levanto.

- ¿A dónde vas? – pregunto al percatarse de que se preparaba para marcharse.

- Tengo que irme – sin más que decir, se fue. Los otros dos lo miraron dudosos, al perderlo en los pasillos siguieron en los suyo.

 Los otros dos lo miraron dudosos, al perderlo en los pasillos siguieron en los suyo

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Conquistando CorazonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora