Martes
Se cubrió el rostro con ambas manos.
- ¿Enserio hice todo eso?
Las energéticas voces de la videollamada confirmaron. Kyojuro y Mitsuri sonreían como si no fuera nada.
- Supimos que se te subió el azúcar cuando abrazaste a Tomioka-san, tomaste su mano y le preguntaste porque no eran esposos – soltó una suave risa.
- ¡Así es!
- Soy idiota – se regaño.
- Pero no creo que este enojado.
- Debe odiarme – se descubrió la cara.
- Exageras – hizo un ademán – Tomioka está más que acostumbrado a tus idioteces, siempre haces lo mismo.
-... No me ayudas.
- Tomioka-san no es ese tipo de personas.
- Sabito – se acerco a la cámara – ¿Estás solo?
- Sí, mis padres tuvieron una junta importante. Llegaran dentro de poco.
- Ahora que lo pienso. Eres hijo único, ¿verdad?
- ¿Cómo se siente? – pregunto curiosa.
- Normal, supongo – desvió la mirada – No sé cómo es tener hermanos.
- ¿Alguna vez le pediste uno a tus papás o a Santa?
- No – contesto sin entender bien.
- No lo hagas – advirtió la menor – Yo solo les pedí uno y ya me ves.
- Lo tendré en mente – rió.
- Pero tampoco es tan malo – contradijo Rengoku – Yo y Senjuro somos muy felices juntos, me gusta cuidarlo y que confíe en mí.
– Siempre he estado satisfecho con nosotros tres – sonrió, tratando de detener la amistosa discusión – Además, mis padres son como mis hermanos...menores – concluyo. Los de cabello bicolor rieron.
Sabito iba continuar la conversación, pero tuvo que cortarla al escuchar la llegada de sus progenitores, se despidió sonriente de sus grandes amigos y finalizo la llamada corriendo a la entrada para recibir a los mayores.
Luego de comer los convenció de que fueran a descansar, a pesar de que estos insistían en que hicieran algo juntos para recompensar el dejarlo solo toda la mañana, sabía que eran personas ocupadas y que estaban cansados, aunque aparentaran estar libres y llenos de energía para que no dude en pedirles algo.
- ¿Estás seguro? – insistió tratando de que el cansancio no la delate.
- Muy seguro, vayan a dormir – los empujo al cuarto – Descansen.
- Entonces puedes invitar a Giyuu a la casa – le entrego algo de dinero – Pide comida si quieres.
- Gracias, veré que dice – guardo el dinero y cerró la puerta dejándolos solos.
Pronto escucho los suspiros cansados y el crujir de la cama recibiendo dos cuerpos agotados, eran muy bajos, pero por la puerta se colaban sus ronquidos. Sabito sonrió y regreso a su dormitorio para echarse a la cama igual que sus padres, aunque no estuviera exhausto.
Aun divagaba buscando un porqué a la mirada asesina que la amiga de Makomo no intento disimular. ¿Qué hizo para ser odiado a primera vista? Eso era un misterio.
El sonido de notificación lo saco de su viaje mental. Cambio su cuerpo de ángulo y estiro el brazo para ver de qué se trataba, se levanto de inmediato y marco el numero de su pelinegro amigo para invitarlo a pasar la noche, pero primero debía felicitarlo por conseguir un nuevo teléfono.
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Conquistando Corazones
Hayran KurguA Shinobu le gusta Giyuu, y Sabito lo sabe. A Makomo le gusta Sabito, y Giyuu lo sabe. Pero aceptarlo no les resulta tan fácil y ninguno aceptara la derrota de su amor sin haber peleado antes. Derechos a sus respectivos autores. Historia completamen...