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Valerie llegó a casa veinte minutos después

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Valerie llegó a casa veinte minutos después. Se había tardado un poco más de lo creído ya que se había topado con un amigo. Tras dejar su bolso en el vestíbulo de la mansión, se quitó los zapatos y la chaqueta. Tras eso, se puso las chanclas y subió a su habitación. Ni siquiera echó un vistazo a su casa ya que sabia que tan solo se encontraba su mayordomo y su ayudante.
Ya allí, fue directa a su closet y lo abrió. En la sección de ropa formal, cogió el primer vestido que había y unos zapatos de poco tacón.

Tras vestirse, se dirigió hacia el coche que estaba estacionado en el exterior de su hogar. Despidiéndose con un corto abrazo, la chica se subió en el vehículo y marchó hacia el edificio en el que de celebraría aquella cena. Observando su móvil, llegó tres minutos antes de la hora. Sin demasiadas ganas, buscó a su padre adoptivo. Encontrándolo hablando con el padre de unos de sus mejores amigos: Seijiro Kira. Al verlo, supo de inmediato que su hijo seguramente estaría allí. Al igual que su hermana, aunque estuviesen allí obligados. Tras saludar a los adultos, Valerie fue en busca de Hiroto. Se aburría como una ostra en aquellas cenas, no tenia hambre, y oír eso buscaba a su amigo. Porque normalmente, tras hacer acto de presencia por media hora, los dos se escapaban de allí con la ayuda de su hermana.
Diez minutos después, se encontró con el chico y lo arrastró hacia la mesa del ponche al verlo ligar con unas chicas. Tras darles un disimulado zape, los dos comenzaron a hablar ya que hacia un mes que no lo podían hacer físicamente.
-¿Crees que podemos escaparnos, ya?
-Tú calla y sigueme. -Valerie se encogió de hombros y siguió al chico hacia la puerta trasera. Tras unos minutos, los dos estaban fuera del edificio.
-Aire puro y fresco...
-Tsk, idiota.
-¡Oye!, cuida tu vocabulario.
-Cuidi ti vicabularii.
-Insoportable. -la chica rodó sus ojos.
-Anda, vamos. -no le tomó mucha importancia y se dirigió hacia la calle. Su amigo tenia un carácter bastante arisco. Aunque, por dentro, era un trozo de pan.

Sonriendo, los dos fueron hacia una tienda comestible y compraron unos snacks y dos botellas de agua. Al salir, había oscurecido, y mientras abrían la bolsa de patatas, Valerie recibió una llamada. Tras atenderla y saber que era su padre, Hiroto recibió una de su hermana. Diciéndole que volviera a casa. Lis dos jóvenes suspiraron al mismo tiempo algo irritados. Adiós a lo de volver tarde a casa. Diez minutos después, los aperitivos se habían acabado y la chica llegaba a casa acompañado del chico ya que no se fiaba de las calles de Japón, aunque fuese el barrio más rico de la ciudad.
Tras despedirse, Valerie observó como un coche recogía a su amigo y se iba. Suspirando, entró a casa.
-Llegas tarde. -fue lo primero que dijo su tutor al entrar al salón. Él estaba sentado en el sofá mirando el móvil. Asintiendo, Valerie respondió.
-Se me ha hecho tarde. Culpa a Hiroto.
-Entonces, si le pregunto a Hiroto el porque has llegado tarde contestará que ha sido su culpa?
-Tal vez...

Tras aquella corta conversación, los dos estallaron en carcajadas al imaginarse al chico diciendo que era su culpa.
-Mañana tienes el primer concurso de patinaje, no?
-Ajá...
-Te estaré observando. Lyosh te llevará.
-Bien.

Tras eso, Valerie se levantó del sillón y fue hacia su habitación. Después de ducharse y cambiarse, se tiró directa a la cama. Con el móvil en mano, se puso los auriculares y cogió la libreta que tenía en la mesita de noche junto a un lápiz y una goma.

El día siguiente, la chica se levantó temprano para prepararse para la competición. Era a tres horas de la ciudad y debía llegar a tiempo.

Tras comprobar que todo estuviera en la bolsa, la chica se subió al coche.

Media hora después, ya estaba llenando el buzón de mensajes de su mejor amigo. Se aburría y ya se había cansado de mirar el paisaje por la ventana. Este, prediciendo lo que ocurriría, le había contestado rápidamente. Así, fue como Valerie pasó la siguiente hora chateando con el chico. Tuvieron que despedirse cuando a Nosaka lo llamaron para entrenar. Tras aquella larga conversación, la chica se dispuso a jugar algún juego en el móvil. Finalmente, se paso la siguiente hora escuchando la radio mientras jugaba Candy Crush y leía algún libro. Cuando quedaba media hora, la chica apagó el teléfono y comenzó a dibujar mientras charlaba un poco con el chófer, aunque ya lo hubiese hecho durante la ultima hora.

Valerie estaba en los vestuarios quitándose los patines de hielo. Acababa de finalizar la competición y creía que le había ido bien. En unas horas seguramente recibiría los resultados. Tras cambiarse de ropa, la chica salió de allí con los patines en la bolsa y esta en su hombro. Tras diez minutos, encontró a su padre adoptivo y su chófer. Su tutor había llegado justo a tiempo para presenciar su actuación.
-Lo has hecho muy bien, Valerie.
-Pero si he cometido varios errores. Además, muy bien no vale. Debe ser perfecto. -la chica se mordió el labio, no quería conformarse con un "muy bien". Su tutor le removió el cabello con una sonrisa. Este sabía perfectamente que su hija se exigía demasiado.

𝗩𝗔𝗟𝗘𝗥𝗜𝗘 [IE ARES/ ORION] ʸᵘᵘᵐᵃ ⁿᵒˢᵃᵏᵃDonde viven las historias. Descúbrelo ahora