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Todos miraron sorprendidos a Levi.

— ¿T-te molesta? Es decir ¡¿Celos?! — Gritó Mike sorprendido.

— ¿Qué? ¿De qué mierda hablas?

Levi miró a sus compañeros sin entender nada.

— Me molesta que Hange toque a los reclutas estando tan sucia — Dijo lanzándole un pañuelo a Hange en la cara con disgusto — Límpiate y después tócalos cuánto quieras.

Oh, así que era eso. Pensó Armin avergonzado de haber mal entendido la situación.

— Y tú, recluta, no deberías dejar que cualquier persona SUCIA — Dijo haciendo énfasis en la palabra mientras miraba a Hange — te esté tocando, ¿No te da asco saber cuántas bacterias y virus tienen en sus asquerosas manos? — Dijo Levi asqueado — Ve a descansar, mocoso, y date un buen baño.

— ¡Sí capitán! ¡Enseguida! — Armin corrió hacia las regaderas en las que se bañaban los reclutas listo para darse un buen baño, tal y como ordenó Levi.

— Tu también deberías, no hagas que Erwin vuelva a bañarte, tenle respeto al comandante, Hange — Dijo Levi cruzando sus brazos.

— Quejate lo que quieras, no pienso bañarme, tengo que seguir investigando sobre los Titanes y descubrir más y más cosas — Dijo con sus ojos brillosos debido a la curiosidad — Así que bueno, nos vemos luego chicos — Dijo comenzando a caminar entusiasmada hacia la cabaña en la que dormía y trabajaba.

— Esa maldita cuatro ojos, me repugna que no se bañe — Dijo con asco mientras Mike reía debido a las reacciones tan naturales de Levi.

— Vayan a descansar, recuerden que mañana iremos a la muralla para observar a los reclutas usando el maniobrador tridimensional — Dijo Erwin comenzando a caminar hacia la cabaña en la que dormía.

Levi y Mike imitaron sus acciones y se fueron a descansar antes de que la hora de vigilancia llegase, ya que claramente todos los capitanes, líderes y comandantes se sentían cansados de tanto ajetreo.

La noche llegó rápidamente y la luna brillaba intensamente en el cielo, el cual estaba despejado y ninguna nuble era visible.

— Armin, ya duerme — Dijo Eren observando como Armin bajaba de la litera mientras se colocaba sus zapatos.

El rubio llevaba dos horas completas girando en su cama, despertando a Eren cada cinco minutos debido al sonido que emitía la cama de Armin al momento de moverse.

— No puedo, estoy demasiado nervioso como para dormir, tal vez salir me tranquilice un poco, ya sabes, adoro el aire fresco de la noche — Dijo sonriendo mientras se despedía de su amigo.

— Espero que no te atrapen o vas a recibir otro castigo — Dijo Eren bostezando mientras volvía a dormir.

Armin salió de la cabaña que compartía con Connie, Jean y Eren y comenzó a caminar sin rumbo alguno.

La noche estaba demasiado tranquila, todo estaba en silencio y se sentía muy calmado gracias a ello.

Después de pensar en tantas cosas, su mente no lograba sentirse tranquila, por lo que sabía que salir y estar sólo unos momentos lo ayudaría mucho a tranquilizarse, ya que desde pequeño tenía esa costumbre.

De un momento a otro, comenzó a sentir pisadas, por lo que se puso de rodillas en el suelo lentamente y pegó su oreja a el intentando escuchar mejor.

— S-son pisadas — Murmuró poniéndose de pie rápidamente mientras observaba a su al rededor.

Antes de que pudiese hacer algún otro movimiento, unos fuertes brazos lo acorralaron entre la pared de una cabaña y el pecho de la persona que lo acorraló.

Más Allá De Las Murallas •Rivarmin•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora