Más Allá De Las Murallas •Rivarmin•

12

— Armin — Llamó el mayor aún sin moverse en lo absoluto.

No sabía qué hacer, se preguntaba si debía corresponder el abrazo, alejarlo, llamarlo o simplemente quedarse quieto sin decir nada hasta que el menor decidiese separarse por voluntad propia.

— Lo siento, capitán — Dijo Armin alejándose lentamente — Y gracias — Dijo tomando la mano derecha de Levi guiando sus ojos hacia los azules del contrario — Gracias por salvarme la vida.

— ¿Salvarte la vida?

Armin asintió.

— Si usted no hubiese pedido el cambio de castigo, yo ya estaría condenado a muerte y justo ahora estarían degollando mi cabeza.

Levi sintió escalofríos ante esas palabras, las ganas de abrazar al menor y encerrarlo dentro de un cristal para que nadie le hiciese daño eran muy grandes, pero logró contenerse.

— Aún así no te salvarás de las horas extras de entrenamiento, Arlert — Dijo Levi intentando sonar cómo de costumbre, tratando de esconder su preocupación.

— Oh, lo siento por eso también — Dijo Armin bajando la mirada — Tendrá que estar a mi lado durante esas horas extras, no sé cómo puedo agradecerle de forma correcta.

Levi suspiró y negó con su cabeza.

— No necesitas darme las gracias de ninguna forma, solamente no mueras — Dijo Levi colocando una de sus manos encima de la cabeza de Armin, logrando que el menor lo mirase a los ojos — Y sigue mis instrucciones al pie de la letra, no tienes permitido desobedecer de nuevo.

— ¡S-si capitán! — Habló Armin sonrojándose de inmediato en el momento en que Levi tocó con suavidad su cabeza.

Su tacto era tan suave, como si en algún momento Armin fuese a romperse de alguna forma.

Levi comenzó a caminar dejando a Armin atrás, quien sólo se quedó quieto aún procesando el que su capitán lo haya tocado sin sentir asco ni arrepentimiento.

Después de todo, la limpieza era extremadamente especial y necesaria en la vida del mayor, pero ¿Por qué lo tocó de repente y sin sentir ni una pizca de asco?

— ¡Oi, mocoso! — Habló Levi mirando al menor a lo lejos — Es hora de regresar, apresúrate.

— ¡No quiero molestarlo más, capitán! Iré con mis compañeros de regres-

— Vendrás conmigo, es tu primera orden estando a mi cargo.

Armin asintió rápidamente y corrió hacia Levi, comenzando a caminar un poco más atrás que el mayor.

— Armin, ¿Cómo te encuentras? — Preguntó Erwin observando a Levi y Armin acercándose a ellos, listos para subir a los carruajes.

— ¡P-perfectamente bien, comandante! Todo es gracias a ustedes — Dijo más nervioso que nunca, después de todo sentía que le debía la vida a todos en la legión.

— Nosotros solo aceptamos la responsabilidad, en realidad Levi fué quien logró salvarte — Dijo Erwin con una gran sonrisa — Nuestro capitán es el mejor ¿Cierto, Armin?

— ¡Muy cierto! — Respondió Armin dejando más que en claro lo mucho que admiraba a Levi, cosa que hizo que se sonrojara y bajara la mirada.

— Dios mío, eres demasiado tierno — Dijo Hange apunto de las lágrimas de nuevo — ¡Quiero tocar! — Dijo enviando sus manos a las mejillas del menor para después apretarlas levemente.

— Pobre niño — Susurró Mike olfateando — Hasta acá huele su terror debido a ti, Hange.

— ¿De qué demonios hablas Mike? Es obvio que le gusta.