8° LLAMAS CANDENTES (CAP)

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Cuando terminaron las clases nos fuimos todos a casa, hablando sobre diversos temas mientras acompañábamos a todos a sus casa. Izuku y yo cuando llegamos a la nuestra le dimos un beso en la mejilla a mamá y nos fuimos a soltar las mochilas y cambiarnos a nuestras habitaciones.

Mientras me colocaba unas mangas que me llegaban hasta el codo y de color negro en ambos brazos para que no se vieran mis cicatrices tocaron a la puerta de mi habitación y acto seguido notaba el pomo de la puerta girarse con mucho cuidado.

Shiro- Pasa- le dije levemente, terminando de colocarme la manga del brazo izquierdo

Izuku- Shiro- me llamó mi hermano asomándose por la puerta

Shiro- ¿Si?- le pregunté mirándolo con una leve sonrisa

Izuku- ¿Puedo pasar un momento?- me preguntó con un tono de voz triste

Shiro- Claro- le dije sin entender que le pasaba para estar así

Mi hermano abrió la puerta del todo y cuando pasó a mi habitación la volvió a cerrar con cuidado, Izuku se acercó a mí a paso lento, tenía un gesto de preocupación marcando su rostro y, cuando estuvo enfrente mía, me agarró las manos con mucho cuidado y me sonrió tiernamente.

Izuku- Puedes contar conmigo para todo, no me importa si tan solo quieres llorar hasta quedarte dormida o si quieres hablar por más de tres horas, estoy aquí contigo y no me voy a ir, te voy a escuchar y apoyar en todo porque eres mi hermana- me dijo sonriendo un poco preocupando

Shiro- Ya lo sé hermanito- le dije sonriendo levemente- esta noche estaré ocupada, Aizawa quiere entrenarme así que dormiré poco- le dije sonriendo emocionada pero a la vez nerviosa porque pasaría la noche con Aizawa, como de costumbre

Izuku- Que bien- me dijo sonriendo ampliamente, acariciándome el cabello- espero que os lo paséis bien- me dijo sonriendo dulcemente

Shiro- Gracias- le dije sonriendo con ternura

Después de terminar de hablar nos fuimos a comer, nos sentamos alrededor de la mesa del comedor y ambos comenzamos a comer para ir a estudiar lo antes posible ya que teníamos deberes. Después de comer me encerré en mi habitación y empecé a hacer los deberes con música de fondo.

Cuando comenzó a anochecer me fui a la cocina para poder cenar, no tenía mucha hambre así que comí ligera, y después de cenar me iba a ir al servicio para poder darme una ducha refrescante. No me quitaba las mangas de mientras estaba fuera de mi habitación para que la gente no viera mis cicatrices.

Me puse a cenar unos fideos instantáneos para terminar lo antes posible junto con mi hermano que cenaba con mi madre tranquilamente en el comedor, hablando los tres de nuestras cosas, contándole a nuestra madre como estábamos yendo en la U.A.

Estaba nerviosa por el entrenamiento de Aizawa así que cuando termine de cenar me fui a la ducha. Al salir de la ducha me coloque dos toallas, una en el cabello y otra en el cuerpo, me seque el cuerpo con cuidado y me vestí, luego me seque el cabello, y me mire al espejo sonriendo mientras observaba la cicatriz de mi ojo.

Me puse una camiseta de color negro, holgada y de manga corta hasta los codos, unos pantalones de color negro, cortos que me llegaban hasta las rodillas y anchos, unos calcetines blancos y cortos y unas zapatillas de deporte. Una vez que me vestí me fui a mi habitación y me puse unas vendas que me cubrían el brazo desde la muñeca hasta el codo y la pierna desde tobillo hasta la rodilla.

A TRAVÉS DE LA NOCHEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora