24° UNA PESADILLA (CAP)

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Estábamos abrazados cálidamente, tumbados en la cama mientras sentía como sus suspiros cálidos, pesados y entrecortados chocaban contra mi cuello, dándome pequeños escalofríos que me recorrían toda la espalda rápidamente y me hacían sonrojar las mejillas, erizando mi bello.

Shiro- ¿Esta...llorando?- pensé preocupada al notar una pequeña gota fría en mi hombro

Acariciaba su cabello con mucho cuidado, enredando mis dedos en su oscuro cabello, mantenía mis ojos cerrados para evitar verlo llorar pero no podía dejarlo así, tenía que animarlo como fuera, ¿Acaso le dejaría llorar a solas? Pues claro que no, ni de coña.

Deje de acariciar su cabello segundos después, sintiendo mi corazón encogerse por seguir sintiendo sus lágrimas deslizando por mi piel con lentitud, y abrí mis ojos, puse mis manos con mucho cuidado en sus mejillas mojadas alzando así su rostro y pudiendo ver el rostro que tenía.

Sus ojos estaban de color rojizo mientras seguían brotando lágrimas de ellos, sus mejillas marcadas con tonalidades rosadas a causa de las lágrimas, sus labios estaban temblando de la impotencia, las frías lágrimas las quitaba con mis dedos pulgares con mucho cuidado y suavidad mientras lo miraba costosamente ya que no podía soportar verlo llorar.

Shiro- Cielo...- susurré al verlo en aquel estado que me estaba matando con lentitud, haciéndome más daño todavía del que pudiera sentir si fuera del tirón

Shouta- Yo...lo siento...- susurró levemente mientras agachaba de nuevo la cabeza para que yo no lo pudiera ver llorar

Shiro- Oe oe oe- volví a alzar su cabeza, fijando su mirada hacia mí- mi amor, por favor, no escondas tu rostro de mí- le dije apenada mientras removía los mechones de cabello de su rostro, poniendo este detrás de sus orejas para ver mejor su húmedo rostro- tienes que intentar calmate mi vida, todo estará bien, sé que se siente el dolor que puedes estar teniendo dentro, pero te aseguro que yo estoy aquí, no me voy a ir mi amor, te ayudaré a estar bien mi vida, te lo prometo- le dije con dulzura mientras cerraba los ojos y lo abrazaba de nuevo con fuerza mientras notaba como sus manos apretaban mi camiseta con cuidado, aferrándose a mí de la impotencia

Nos volvimos a quedar en silencio, abrazados con fuerza, aferrándonos mutuamente, mientras acariciaba su cabello con mucho cuidado para poder transmitirle mi amor y mi compañía en aquel doloroso viaje que estaba soportando. Le empecé a dar tiernos besitos en la cabeza mientras mantenía mis ojos cerrados.

Note como las manos de Aizawa me acercaba más a él, yo alce su cabeza para que nos pudiéramos mirar ambos a los ojos, limpie de nuevo sus lágrimas con delicadeza, cerré los ojos y me acerque a su rostro mientras él también cerraba los ojos, y unimos nuestros labios con cuidado.

Sentía como mi corazón bombeaba de nuevo nervioso y feliz entre mis costillas, sintiendo los impactos de sus intensos latidos, las mariposas de mi estómago revoloteaban con mucha fuerza y las llamas de mi interior afloraban dando calor a todo mi cuerpo ya que a mis labios se lo daba los labios de Aizawa.

Segundos exquisitos más tarde Aizawa y yo nos separamos lentamente, nos miramos a los ojos fijamente, sonrojados, mientras una dulce sonrisa se formaba en su rostro dándome de nuevo la vida, yo acariciaba sus mejillas con mucho cuidado y dulzura, sonriendo levemente.

Shiro- Te amo Shouta- le dije sonriendo dulcemente mientras cerraba los ojos

Shouta- Yo también te amo gatita- me dijo sonriendo mientras me acercaba más a él y colocaba su cabeza sobre la zona del centro de mi pecho

Shiro- ... - me quedé en silencio, sonrojada mientras miraba hacia la pared

Entonces mi mirada se bajó hacia el cuello de Aizawa donde podía observar sus cuerdas, me quite de encima de su regazo mientras esté se quedaba mirándome fijamente, me acerqué a mi armario y le entregué las prendas de la noche anterior para que se pusiera el pijama, yo agarre una toallita y me quite la base de maquillaje del cuello mostrando el tono de color rojo de algunas zonas de mi cuello.

A TRAVÉS DE LA NOCHEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora