CAPITULO 3

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Wow.

Qué lugar tan más impresionante. Al entrar, la vibra cambia completamente, todo está iluminado por luces neón (azules, moradas, rosas y rojas), van cambiando de patrón depende del ritmo de la música y hay personas bailando y disfrutando de la noche en cada esquina.

A la derecha, unos pasos más adelante de la entrada, hay unas escaleras, se ve que hay más gente arriba. Tal vez más tarde vayamos ahí.

No sé por dónde empezar. Bebiendo. Bailando. Conseguir una mesa. No sé. Lo más genial es que nadie te pone atención, porque cada quien está en su propio mundo. Me encanta.

(...)

Agh, necesito ir al baño, pero no sé dónde está Megan, tendré que ir sola. Me aprendí el camino, es la novena vez que voy. Maldito alcohol. Me duelen las piernas, he estado bailando por horas, y definitivamente no llevo la cuenta de qué he tomado. Demasiado seguramente.

Estas luces no ayudan, todo brilla demasiado y veo algo borroso. No, no estoy drogada. Apuesto a que ese sería un efecto diferente.

Lo logré, estoy en el baño, ahora, a lo que venía.

Lavé mis manos. Arreglé mi maquillaje como pude, no sé si se vea bien o no, de vez en cuando mi vista se estabiliza, pero dura poco. Creo que ya puedo salir.

Estos tacones me están matando, pero no importa eso ahora, tengo que encontrar a Megan, de camino al baño escuché a alguien decir que ya iban a cerrar.

Cuando salí del baño, di como unos 6 pasos hasta que choqué con un cuerpo, wow, bastante fuerte. Iba viendo el piso por lo que no pude fijarme. Al levantar la vista vi a un chico, es atractivo, tiene cabello largo y rizado, ¿me dejará tocarlo?

Seguiría pensando si no fuera por esa voz, gruesa y masculina, llamó mi atención.

— ¿Disculpa? —no escuché lo que dijo.

— Que si estás bien —repitió mirándome. ¿Es acento británico el que escuché ahí?

— Aja —le sonreí tontamente.

— ¿Que tan bien? ¿Puedes caminar? —sip, este bombón es europeo.

— Claro.

— Seguro —me miró dudoso — ¿Te puedo acompañar a tu mesa? Solo si tú quieres, es para que estés bien.

— Como sea —me reí. Solo quería más vodka.

— ¿Está bien si te tomo del brazo?

— Como sea —repetí. No sabía que más decir.

— ¿Dónde es tu mesa? ¿Recuerdas? —tomó mi brazo.

— Oye oye oye, demasiadas preguntas para alguien que en vez de sangre tiene alcohol —volví a reír — Está por allá —señalé al azar.

— Tendrás que ser más específica, cariño —me jaló suavemente para caminar.

— Está cerca de... Amm, de la barra de bebidas.

— Con razón —rió — Ven, vamos. Después de un rato caminando, que para mí fueron años, llegamos a las mesas que estaban cerca de la barra. Aquí ya sé ubicarme, aunque no sé si lograré llegar — ¿Cuál es la tuya?

— Busca a una chica con vestido azul claro, ella es mi... ¡Hermana del alma! —grité feliz.

— La veo, ven, te entregaré —volvimos a caminar un poco más, ya podía ver a Megan — Hola, soy Harry, la encontré afuera del baño y está, bueno, un tanto desorientada, me dijo que venía contigo.

Once mine, always mine. | H.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora