CAPÍTULO 7

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—De verdad muchas gracias a todos, esto es increíble —se acercó a abrazarnos. La sorpresa salió de maravilla y a Liam le encantó.

Adoro los cumpleaños.

Al ser muy temprano, los chicos nos dijeron que podíamos salir a conocer la ciudad, solo que tal vez ellos no irían por obvias razones. Antes de todo, Megan y yo regresamos a nuestra habitación para desempacar y conocer dónde pasaremos los próximos 2 días.

— Sigo sin poder creerlo —dijo Megan al cerrar la puerta —Ahora estamos de viaje con One Direction, esto debe ser un sueño. Si mi yo de 16 años lo supiera, no me creería —comenzó a sacar ropa de su maleta.

— No hiciste ningún pacto con el diablo ni vendiste tu alma, ¿cierto? —le pregunté.

— Tal vez un pequeño hechizo, pero mira donde estamos, valió la pena.

— No sé si tomarlo como broma, eres capaz de tantas cosas —reí nerviosa.

— Obvio no, esto es pura suerte. Y hablando en serio, ¿no les pagaste o algo?

— Mmmm no que yo recuerde, es solo el destino dándonos lo que merecemos después de tanto estrés escolar —alguien tocó la puerta. Me acerqué — ¿Diga?

— Vendo pan, ¿quiere? Es marca Bethany, delicioso —eso fue suficiente para saber quién es.

— Si todavía no es de noche, ¿por qué está Bethany aquí? —pregunté.

— No dije que Bethany lo vendiera, solo dije que así se llama la marca. El vendedor se llama Olvídalo sólo ábreme —rió. Abrí — Nos acaban de dar permiso de salir con ustedes. Claro, después de haber rogado por 10 minutos y con la condición de ser discretos, algo que nunca nos sale bien, pero se intentará. ¿Si quieren ir? —miré a Megan, es obvio que quiere ir.

— Si, sí vamos, solo nos alistamos, ¿a qué hora nos vamos? —respondí.

— Tocaré su puerta de nuevo a la 1 de la tarde, ¿les parece?

— Ajá —sonreí — Entonces, nos vemos en una hora. Adiós —se despidió agitando su mano y se fue, cerré la puerta.

— Yo me baño primero —dijimos al mismo tiempo —Rayos, ¿piedra, papel o tijeras? —dijo Megan. Asentí.

— Uno dos tres! —moví mis dedos consecutivamente hacia arriba y mi amiga sacó papel.

— ¿Eso qué significa? Oh no, ya sé, es fuego y lo destruye todo, cierto, entonces ganaste. Debo mejorar, siempre me aplicas la misma y sigo perdiendo.

— Compermiso, iré a darme mi merecida ducha.

— A la siguiente ganaré, ¡lo juro! —dijo mientras caminaba al baño con mis cosas.

— El sonido de mi victoria no me deja escucharte, tendrás que hacer una reverencia para que la realeza te escuche —dije cerrando la puerta del baño.

Tomé uno de los baños más relajantes de mi vida, no sé si fue el agua caliente, mi excelente gusto en música, el olor del jabón o saber que recorreré Detroit después de casi 10 años. De verdad necesitaba este descanso de la escuela, a pesar de que la fotografía no es algo tan complicado, hacen que así parezca.

Traje mi cámara, obvio.

Al salir de la regadera, sequé mi cuerpo y me puse mis cremas favoritas. Después, comencé a ponerme mi ropa. Finalmente salí y dejé mi ropa sucia en mi maleta. Megan estaba en el pequeño balcón que había, observando la calle y pensando, creí que sería un buen momento para asustarla, pero luego mi lado seguro y miedoso pensó en que una de las consecuencias podría ser que ella cayera, entonces solo me acerque pasivamente.

Once mine, always mine. | H.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora