Once mine, always mine. | H.S

CAPITULO 10

12:00 a.m.

Bailamos algo movido por horas. Ha sido una de las noches más agotadoras de mi juventud y tal vez una de las más divertidas. Sorprendentemente no he ido al baño desde que llegamos, no sé qué suceda, pero me gusta.

— Brooklyn —tomó mi cintura suavemente con ambas manos detrás de mí — Voy al baño, ¿vas o te quedas? —me dijo al oído.

— Creo que si voy —reímos. Me parece tan gracioso todo lo que sucede, hace unas horas alguien mencionó algo de un caballo y me reí tanto que me dolió el estómago. Antes de empezar a caminar me tomó de la mano. Me miró.

— Es para que no te pierdas —sonrió. Asentí y emprendimos nuestro largo camino al baño. Tener que pasar por en frente de toda esta gente, igual de ebria que nosotros es extraño. No sé si fue mi imaginación, pero juro haber visto a alguien tomar una foto de esto, a mi no me parece nada malo, porque sé que solo somos amigos.

Igual que en Galaxies, las luces causan un efecto tan extraño en mi mente, literalmente todo pierde enfoque.

Esta noche la persona más ebria varia entre Harry o Liam, yo estaría en tercer lugar, Megan en cuarto, Louis en quinto y extrañamente, Niall es el menos ebrio. Al llegar dijo que solo bebería algo para entrar en calor y acostumbrarse al ambiente, pero que no quería llegar al punto de olvidar lo sucedido.

En cuanto a nuestra competencia de quien aguantaba tomar más, dejé que Harry me ganara, porque con el ultimo trago que compartimos -(tequila), juro que ya sentía que estaba más muerta que viva, y después me fui a bailar, la cual fue una pésima decisión, también ya estaba lista para vomitar. Finalmente llegamos a los baños, el de mujeres está a la izquierda y el de hombres a la derecha.

— Bien, nos vemos aquí, recuerda no irte sin mi y menos con un desconocido —me dijo antes de que me metiera al baño.

— Está bien, nos vemos aquí y no, no me voy sin ti —reí y entré al baño.

La luz aquí es baja y no marea, el único detalle es que es morada y no te da una muy buena vista de todo y menos en el estado en el que me encuentro, pero haré lo que pueda, solo debo hacer mis necesidades, salir y ya.

Los cubículos están a la izquierda y los lavabos, obvio, a la derecha, los cuales tienen un gran espejo con luz blanca detrás de ellos. Me encantaría quedarme aquí por el resto de mi vida, es bellísimo.

Entré al último cubículo y tardé un poco en pensar lo que tenia que hacer.

Lentamente lavé mis manos, arreglé un poco mi cabello y esta vez no me importó mucho mi maquillaje, igual lo seguiré arruinando.

Siento que me estoy durmiendo.

Salí y creí que tendría que esperar hasta que lo vi parado a unos pasos de mí.

¿Quién le da permiso de ser tan apuesto?

Realmente no siento que Harry me guste, es más como que reconozco lo guapo que es, y al hacer eso también halago a su mamá, ella fue la que lo hizo así. Eso es algo que no me había puesto a pensar hasta este momento, ¿me gusta? Sinceramente no creo, porque si, tal vez ya conocía su cara, pero no su personalidad y debo conocerlo más para que me guste. Aunque yo no puedo tomar la decisión de a quién ponerle el ojo.

¿Por qué estoy pensando todo esto?

— Me caí —fue lo primero que dijo cuando se acercó. No pude evitar soltar una gran carcajada.

— ¿Estás bien? —le pregunté. Por más gracioso que sea quería asegurarme de que no estuviera herido.

— Si, un chico me ayudó a levantarme —sonrió — ¿A ti cómo te fue? —tomó mi mano para caminar hacia donde estábamos, su acción me hizo sentir algo extraño.