Ava.

8 1 0
                                    

-¿Sigues viva?- oigo la voz adormilada de Sam al otro lado de la línea, cuando decide contestarme.

-Mala hierva nunca muere- comentó graciosa y le escucho reírse -¿Estáis bien?- voy directa al grano.

-Deja que mire- me gusta su voz ronca, sobre todo si la provoca una buena fiesta -Si Robby aún no se ha ahogado con su propio vomito- Rob, Robby, Robert da igual como le llamémos le da igual.

-Espera- iba a decir algo pero tengo una llamada entrante -Alguien me está llamando- le dejo en espera antes de que responda -No he sido yo- hablo inmediatamente en cuando abro su línea.

-Deja tus gilipolleces- habla una voz seria y fría.

-Oh- reconozco su voz al instante -Uno de los hermanos Davis- me recargo en el sofá con una sonrisa -¿Que necesitas?- miro al techo.

-¿Conoces a un tal Marcus?- ¿qué?

-Puede, no lo sé, descríbelo- propongo.

-Alto, ojos marrones claros, rubio, con pinta de ir al instituto- mis alertas se disparan y me tenso al instante.

-¡Si! Lo conozco- le respondo rápido.

-Ha llegado a casa de nana como si le hubieran echado de casa por primera vez- comenta y me relajo -Se lo ha llevado un amigo suyo- suspiro aliviada.

-Siempre tan considerado mi pequeño Charlie- bromeo y puedo imaginarme su sonrisa en ese cara de amargado.

-No soy tu tuyo Daniel- réplica.

-Lo eras cuando follabamos el sábado- una sonrisa maliciosa se me forma en la cara -Te recuerdo bastante bien, admitiéndolo- me relamo los labios, recordando como me embestía.

-No seas engreída, eras tú la que no paraba de gritar, más duro-  me interrumpe con esa voz grave que sabe perfectamente que me encanta.

-También gemía y jadeaba, maldecía y gritaba ¡Dios!- finjo un gemido alto.

-Daniel- su voz se vuelve mucho más ronca y sonrío con toda la malicia que reúne mi cuerpo a estas horas del mediodía.

-¿Si Charlie?- hablo como si mi voz se pusiera cada vez más entrecortada y cachonda.

-Daniel, no seas mala- puedo notar su falta de autocontrol en su voz, seguro que ahora está muy duro.

-¿Por...- jadeo -¿Por que? Te gusta cuando soy mala- hablo de la forma más sensual sin dejar de gemir pero no escucho nada por su parte -¿Charlie?- hablo como si estuviera asustada de no oírle.

-Estoy aquí- sonrío cuando su voz se entrecorta.

-¿Sabes que me... gustaría?- suelto un suspiro cargado de excitación y empiezo a escuchar su respiración pensada cerca del micrófono -Sería tan... mm... bueno tenerte, ah... aquí, ah ah, para...- me callo un segundo -Para descojonarme en tu cara- corto el rollo de golpe empezando a reírme lo más alto que puedo.

-¡Vete a la mierda Daniel!- me grita furioso y frustrado, lo que solo provoca que me ría mucho más.

-No te enfades- me calmo secándome las lágrimas de los ojos -Jálatela un ratito, acabo de darte buen material- y le cuelgo.

-Ah...- suspiro deslizándome por el respaldar del sillón hasta el asiento -Oh mierda- recuerdo a Sam y cojo el móvil para seguir hablando con él.

-Sam, ya estoy contigo- le informo.

-¿Era Hope?- pregunta curioso.

-Nop- me acomodo en el sofá -Era Charlie, resulta que Marcus acaba de volver al redil- pongo el altavoz y dejándolo en la mesa sigo hablando. ¿Se llamaba Marcus? Yo lo estaba llamando Marcel todo el tiempo.

Soles de primavera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora