Ava.

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–No mientas– se burla Marcus con una sonrisa dibujada en la cara.

–¿Quién crees que mantuvo tu culo virgen?– me inclino hacia delante susurrando, abre los ojos de golpe.

–¿Qué?–

–No te dolía al sentarte ¿o me equivoco?– susurro y su mirada cambia a una de miedo e inseguridad mirándose hacia abajo –De nada– le guiño un ojo cuando levanta la mirada.

–No estoy oyendo una mierda– a mi espalda escucho a uno quejarse.

Se levanta y se sienta en nuestra mesa empujando, sin tacto a su amigo.

–Hola– sonrío.

–Cameron Meyer– extiende la mano. Qué educado.

–No caigas es una rata– le empuja Marcus antes de que levante mi mano en su dirección.

–¿Meyer?– inclino la cabeza y ellos me miran –Mmm– de algo me suena ese apellido –¿Tu... no tienes una hermana llamada Ruby?– mi pregunta le confunde.

–Si ¿la conoces?– se apoya en la mesa sorprendido.

No puedo evitar soltar una sonrisa cargada de recuerdos, miro un momento al techo y me cruzo de brazos apoyando mi espalda en el respaldo.

–Más o menos– les miro divertida cuando en sus caras solo leo dudas y muchas, muchas preguntas.

–La fiesta– uno ahí atrás suena muy impaciente.

–No, espera– interrumpe el peli rojo de los Meyer.

–La fiesta– le corto, si su hermana no se lo ha contado no tengo porque hacerlo yo, me acomodo en mi sitio –Te llevamos a O'Mals– inmediatamente escucho un silbido suave de atrás.

–Si, recuerdo algo de eso– Marcus se rasca el cuello inseguro –Adelántate hasta los chupitos, ahí– se inclina hacia delante apoyando los brazos en la mesa –Es donde dejé de ser persona–

–¿Tan pronto?– me sorprendo.

–Es la primera fase– es uno de los de atrás, me giro para mirarle, habla el guapo.

–Quiere decir que al principio, Marcus– otro chico, del que Hope no para de decir maravillas, señala al nombrado –No parece borracho cuando en verdad si lo esta– se encoge de hombros despreocupado.

–Cosas que pasan– Marcus se ríe.

–Solo te pasa a ti– veo un menú plastificado volar a esta dirección y me agacho.

A sido el de los ojos bonitos.

–Duncan– se queja Meyer –Podías haberme sacado un ojo– exagerado –Mi preciosa cara– se toca la cara fingiendo indignación.

–Eres un dramático– está dado la vuelta y se apoya en el respaldo para acercarse más a esta mesa.

Tiene la misma cara que Katy.

–Dramático mi culo– se queja, otra vez.

–¿Podéis sentaros aquí?– hablo fastidiada –Me voy a dejar el cuello– me masajeo la zona.

–Deberías estar acostumbrada– Meyer me mira curioso.

–Yo no voy a clase– le miro como si fuera obvio.

–¿Por qué no?– me mira el grandullón al lado del ojitos bonitos.

–¿Tú has visto mi Instagram? ¿Te parece el perfil de alguien que se pasa 30 horas semanales dentro de cuatro paredes?– me inclino hacia él –No ¿verdad?–

Soles de primavera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora