Nash

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–¿Y a mi hermano que le pasa?– habla Duncan mientras vemos a Fran al lado de esa pelusa enana.

–Se le cae la baba– comenta molesto Marcus.

–¿Deberíamos dejarlos solos?– a pesar de estar jugando con los tenedores Cam consigue seguir el hilo de la conversación.

–Intenta decirle algo porque a mi no me apetece– Marcus no parece nada contento.

–Uh señora– murmura Duncan mirándole y ganándose una mirada retadora por parte de Marcus –Nash está haciendo eso otra vez– me tira del brazo –Nash, no me deja comer– entre cierro los ojos viendo como se van alejando.

Realmente no me importa a quien se follen, besen, estudien, hablen y demás, esa cosa no tiene nada con que llamar su atención así que no me importaba pero se esta volviendo molesta.

Ah por Dios.

–Basta– pongo mi mano sobre su cara y le empujo hacia atrás.

Así Marcus deja de mirarle y Duncan puede volver a comer tranquilo. Es una pesadilla si Duncan no come.

–Siempre te pones de su parte– suelta en un puchero Marcus.

–Es débil– me encojo de hombros.

Vuelvo a mi comida antes de que Duncan se acabe la suya y desee la mía con malos ojos.

–¿Lo has oído? Soy débil– se burla Duncan.

–No creó que sea algo de lo que sentirte orgulloso– Cam le mira como el bicho raro que es.

–Con estos– me coge de un brazo y aprieta mis músculos –Mientras los tenga seré tan débil como una flor– presume orgulloso.

–Eres una sanguijuela– Marcus le tira una patata.

–Pero no es tu sangre– le saca la lengua.

Niños.

–Oye– Cameron se centra en mi –¿Y tú que opinas de esos dos?– me mira fijamente.

Todos me miran fijamente, no creo que darle importancia sea lo mejor.

–No va a durar– no quiero que tengan algo de que preocuparse –Solo le gusta porque se parece a Yara, no es especial– asienten despreocupados y siguen con lo suyo.

No se si tengo razón pero espero tenerla, en cualquier caso, esa cosa tiene que irse. A partir de entonces Fran va demasiado alegre a la clase de mates. Yo entiendo que sea medio estúpido y le gusten las mates, si, lo puedo asumir pero en esta última semana se está pasando.

–Tengo mates– se despide con una sonrisa y se va con paso ligero.

Entre cierro los ojos mientras le veo irse. Raro.

–Tú– cojo a Duncan de la ropa frenándolo de golpe –A ese que le pasa– señaló con la cabeza a ese idiota.

–Ah es que ahora sabe que Hope y él van juntos a clase, ella es la que no para de restregarle en la cara que es un segundón– se encoge de hombros como si nada y se va bostezando a su clase.

–¿Nos vamos?– Cameron se para a mi lado dando saltitos.

–¿Tú lo sabías?– le miro, asiente y sonríe.

–¿Por?– me mira curioso.

Niego y nos vamos a clase.

Es hora del almuerzo y vamos cogiendo sitio cuando Marcus deja caer su mochila en el suelo antes de desplomarse en la silla.

–Odio madrugar– murmura.

–Son las once– se ríe Cam.

–Pues eso–

Soles de primavera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora