Nash.

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Es septiembre. Son las 11.30 a.m y estamos llegando a clase, si ya se que es tarde, pero no teníamos ganas de venir, así acordamos venir a la hora del recreo o no venir directamente.

Cuando los chicos y yo nos acercamos al aparcamiento una moto pasa por nuestro lado antes de pararse al lado de las bicis, yo apenas le presto atención pero Marcus se pega al cristal.

–Cuidado que no digieres cristal– comenta jugando con el móvil Frank.

–Aparca rápido– sin girarse me golpea el brazo, a lo que ruedo los ojos antes de terminar de aparcar.

–Me la pido– se gira un momento mirándonos a todos.

–Cállate y vete– le tira unos pañuelos a la cara Duncan.

–Lo digo enserio, no podéis acercaros antes que yo– nos mira decidido.

–Ya cállate– le patea el asiento Cameron.

–Tks– se queja abriendo el espejo –¿Me veo bien?– se mira unos segundos arreglándose el pelo.

–Como una puta de lujo– comento cruzándome de brazos.

–Si yo también me follaba si pudiera- sonríe.

–Oye Shakespeare ¿no ibas a irte?- habla Duncan.

–Mi madre me hizo con ganas– ignorado con éxito –Me voy, deseadme suerte perras envidiosas– cierra el espejo del copiloto y sale.

Se adelanta y nosotros nos bajamos y acercamos pero más despacio.

–¿Se ha muerto?– susurra Cameron a mi lado y me encojo de hombros –¿Es una especie de embolia repentina?– no deja de mirarla.

–¿Estas despierta?– Marcus se inclina hacia delante pero no tiene respuesta, se gira hacia nosotros y nos encogemos de hombros, los demás tiene una expresión confusa y curiosa, mirándola tirada sobre la moto como si estuviera durmiendo.

De repente suena la sirena avisando que es la hora del recreo, la chica se levanta apoyando sus ante brazos sobre el volante.

Su pelo teñido de gris por dentro se deja ver cuando se peina hacia atrás con los dedos, al estirarse abre un ojo y se da cuenta de que Marcus esta a su lado, Cameron susurra algo a Franklin y este se contiene de reír.

–¿Admirando las vistas?– se levanta separándose de la moto, con el casco en la mano.

–Si, me llamo Marcus, por cierto–  ¿qué presentación de mierda es esa? por poco me río.

–Que bien– habla desinteresada mirando a otro lado buscando a alguien entre la gente que empieza a salir por la entrada.

–¿Y tú eres?– se inclina a donde esta mirando.

–Lesbiana para ti– le sonríe antes de ponerse a caminar mientras Cameron se aguanta todo lo que puede para no soltar una carcajada muy alta –Tómatelo como quieras, es totalmente algo personal– camina de espaldas levantando la voz.

–Pelota bateada– Frank hace un gesto con los brazos como si tuviera un bate invisible en las manos.

Junto mis labios y suelto un silbido suave y agudo, como acompañamiento.

–Del rechazo cayendo directamente en la humillación– le sigue como un comentarista Duncan.

Marcus se gira mirándonos como si nos fuera a asesinar y nos descojonamos en su cara.

Entramos y después de comer nos movemos hasta la biblioteca porque Duncan tiene que devolver un libro y de paso me pilla cerca para mi siguiente clase.

Soles de primavera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora